Los científicos que buscan a Cervantes dijeron ayer haber ubicado restos óseos del autor español en muy mal estado.
Los huesos, fragmentos y esquirlas, están mezclados en un osario con al menos otros 15 cuerpos en la cripta del convento de las Trinitarias Descalzas de Madrid, donde Cervantes fue enterrado en 1616.
Esos restos serán difíciles de aislar, identificar y cotejar con ADN, lo que alimenta el misterio en torno al paradero del hombre que escribió la novela más importante de la literatura española: Las aventuras del ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha.
“Es comprensible que la gente se hubiera ilusionado con un esqueleto completo, pero esto es lo máximo que vamos a encontrar”’, dijo a AP el historiador que ideó todo el proyecto, Fernando Prado.
Después de dos meses de excavaciones, Almudena García Rubio, jefa del equipo de arqueólogos, dijo que la tumba localizada es la más profunda del subsuelo de la cripta y que hay evidencias en restos de vestimenta de los cadáveres y una moneda que datan del siglo XVII.
Cervantes murió a los 69 años (1547-1616) prácticamente arruinado.