El escolta Edgar Lugo, fuera de acción desde finales de 2014 por la ruptura en el talón de Aquiles derecho, trabaja muy duro en su recuperación y está pendiente de sus Guaros de Lara desde su residencia en La Vega, República Dominicana, sitio desde el que conversó con EL IMPULSO para dar a conocer su evolución.
Lugo se lesionó el 26 de noviembre, un día antes de que se iniciase la final de la Liga Nacional (LNB), en la que jugaba para el filial Columbus 99. Fue operado el 16 de diciembre y volvió a tierras quisqueyanas el 4 de enero. “Tenía casi seis meses sin ver a mis hijos. Desde mi llegada ha sido puro trabajo con respecto a mi recuperación e incluso con el yeso puesto hacía movimientos”.
Ese yeso fue removido el 8 de febrero. “He estado haciendo pesas, piscina, ultrasonido y fortalecimiento del cuerpo completo, no sólo de las piernas. Comencé a caminar el 27 de febrero con ayuda de células madre”.
Agradece a la gerencia por estar pendiente de su caso. “A Tomás Morris, a José David Hernández, porque están allí cada vez que los necesito y han mostrado interés en que regrese a Venezuela, pero dada la nueva norma sobre las visas se me ha dificultado el viaje, porque yo sólo tengo pasaporte estadounidense”, explicó quien ha venido al país a jugar desde 2003.
Sabe que su equipo confrontó problemas con los triples pero considera que “son excelentes jugadores que trabajan muy duro y sólo tienen que seguir haciendo lo de siempre” para salir del bache. “Les hago seguimiento y hablo con algunos de ellos, como Heissler Guillent, Oswaldo González, José Martínez, Devin Green y (los utileros) Mosca (Carlos Rojas) y Freddy (Urdaneta Jr.)”.
Se hará una resonancia magnética en los próximos días y así sabrá cuándo puede volver a las canchas. Contó que trabaja con un equipo de jugadores sub25 en La Vega y será su coach. “Es un nuevo reto para mí y me siento orgulloso de que me hayan elegido para educar a estos chicos. Ahora me entretengo mucho con eso. Doy gracias a Dios porque su tiempo es perfecto y a todos los larenses que me escriben apoyándome, preguntándome cuándo regreso y deseando mi recuperación. Mil abrazos a todos y los veo pronto con ADN guaro”.