El próximo 1º de abril llega a las salas comerciales la película venezolana Hasta que la muerte nos separe de Abraham Pulido.
Conversamos con William Goit, quien se destaca como Papo Galíndez, el coach del boxeador Otto “La Avispa” Aguilar.
La historia gira en torno a Otto (Zapata666) y su hermano Nacho (Carlos “Trece” Molina), quienes pelean en las calles para ganar dinero y así ayudar a su padre enfermo. Cuando Nacho ve frustrado su intento por convertirse en boxeador profesional, Otto asume el reto hasta lograr llegar al campeonato mundial.
La estrecha relación entre los hermanos cambia drásticamente cuando Otto se enamora locamente de la súper modelo Diana (Alexandra Braun).
-¿Por qué ver la película?
-Primeramente, tiene muy buen nivel de producción. Es una película que nos enorgullece. Es entretenida e interesante. Tiene suspenso, drama, humor, deporte, glamour y tremendas actuaciones. La dirección de arte está estupenda, así como la música de Jaime Cardona. Se cuidaron todos los detalles de postproducción.
-¿Qué inspiró la película?
-La película está inspirada en Otelo de Shakespeare. Es ficción, una adaptación contemporánea. Los celos se producen entre los hermanos, por el amor que uno de ellos siente por la dama.
-¿Qué otra trama muestra la película?
-Una importantísima, la batalla diaria de todos los seres humanos por los valores. Papo Galíndez, el coach de Otto, es un personaje noble, con ética. Su lucha se centra en defender la disciplina y la constancia, el rigor y la honestidad. Papo lucha junto con Otto para salir airoso de esa batalla que ronda el deporte y la vida.
-¿Cómo es Papo?
-Mi personaje es una belleza. Es distinto a los que he hecho. Tengo que decir que Heriberto Camargo, rol que desempeñé en Último Cuerpo de Carlos Malavé, me dejó muchas satisfacciones. Catapultó mi carrera. Papo es todo un esfuerzo de caracterización, subir de peso, decolorarme el cabello, pruebas de vestuario, búsqueda de corporalidad, voz. Todo se lo debo a la directora de arte, Mercedes de Pulido. Es un personaje que tiene 20 años más de los que tengo. Papo logró que me apasionara un deporte que solía rechazar.
-Muchos suelen rechazar el boxeo, ¿es quizás uno de los retos de la película?
-Ese es uno de los propósitos, que a través del personaje de Zapata 666, veamos el lado humano del boxeador. Pocos conocemos su vida diaria, sus avatares, enfrentamientos y luchas. La mayoría procede de clases humildes, por lo cual se sacrifican en diversos aspectos. Verán sus necesidades, intereses y cómo todo lo que rodea en el boxeo, puede perjudicar un corazón tan puro como el de Otto.
-¿Cómo ve el cine venezolano?
-Estoy muy orgulloso de mi cine venezolano. Soy el actor que soy por el teatro y por este nuevo cine. Estoy haciendo proyectos internacionales gracias a nuestro cine. Yo no he hecho casting o antesalas. Nuestras películas son vistas en distintos festivales del mundo. A Hasta que la muerte nos separe, le debo las tres películas que estoy haciendo en Estados Unidos. Además, con una película de Carlos Malavé protagonizaré en Colombia. Hay otro proyecto en República Dominicana y otro en México. Nuestro cine creció con las nuevas generaciones. Tiene un lenguaje propio, un color distinto, su identidad y sello.
