La presidenta de Brasil Dilma Rousseff dijo el lunes que su gobierno debe dialogar con «quien sea» y con humildad, un día después de las protestas en su contra que movilizaron a más de un millón de personas.
«El gobierno tiene la obligación de abrir el diálogo», dijo la mandataria en una conferencia de prensa en Brasilia, en su primera reacción tras las manifestaciones del domingo en 83 ciudades del país.