Al no poder retener al cátcher Russell Martin, los Piratas apostaron por su antiguo suplente en los Yanquis, Francisco Cervelli.
Sin pensarlo mucho, cuando Martin rechazó un ofrecimiento de 56 millones de dólares y se declaró agente libre, los Piratas se apresuraron a cerrar un acuerdo con los Yanquis por Cervelli, cuya defensa, sobre todo su capacidad para embaucar umpires en los lanzamientos dudosos, siempre les había gustado.
«Le gusta aprender», comentó al mánager Clint Hurdle. «Pregunta cosas, habla, mira videos. Se toma el trabajo en serio pero al mismo tiempo es un tipo divertido. Me alegro de que esté con nosotros».
El venezolano es además un buen bate, con promedio de por vida de 278 en 250 juegos con los Yanquis, a lo largo de siete años. El año pasado bateó de 301 en 49 juegos.
Cervelli, no obstante, se lesiona mucho. Se ha roto la muñeca derecha, el pie izquierdo y la mano derecha.
Las lesiones, por otro lado, dieron paso a una suspensión por 50 juegos en el 2013 por violar los reglamentos sobre uso de sustancias prohibidas. El venezolano fue suspendido por visitar la oficina de Anthony Bosch, convicto por vender sustancias dopantes en el escándalo de Biogenesis en Miami en el 2001.
Cervelli admite que pensó que Bosch podía ayudarlo a acelerar su recuperación de una fractura en el pie y asegura que lamenta su error.
El venezolano nunca jugó más de 93 partidos en una temporada, pero dice que está listo para ser el titular y los Piratas esperan que pueda jugar unos 100 o 110 encuentros. El resto lo cubriría Chris Stewart.
«Tal vez antes no estaba preparado para jugar demasiado. Pero creo que aprendí algunas cosas. Sé la oportunidad que tengo aquí y siento que estoy listo para aprovecharla», manifestó.
Cervelli pasa mucho tiempo estudiando las características de un nuevo cuerpo de lanzadores. Ha llevado a cenar a los pítchers en un esfuerzo por conocer sus filosofías de juego y sus personalidades.
«Es divertido», cuenta Cervelli. «Me encanta hacer esas cosas. Lo más importante que puedes hacer como cátcher es ganarte la confianza de tus pítchers. Quiero que se sientan cómodos conmigo».
Los Piratas, por su lado, se sienten cómodos de darle a Cervelli la oportunidad de cumplir su sueño de ser titular en las mayores.