El reloj de pulsera, que hasta la Primera Guerra Mundial fue un objeto casi exclusivamente femenino, floreció tras la contienda y languideció con la llegada del móvil, busca reconquistar la muñeca de la mano de Apple.
El gigante tecnológico de Cupertino (California) presentó esta semana en sociedad su reloj inteligente de pulsera “AppleWatch”, que no solo marca las horas, sino que permite hacer y recibir llamadas, leer mensajes de texto y correos electrónicos y comprobar el ritmo cardíaco, entre otras cosas.
Apple asegura que se trata del “dispositivo más personal” que ha diseñado hasta la fecha y promete que su “revolucionarioreloj” ayudará nada menos que a “ahorrar tiempo”.
El Apple Watch no es el primer reloj inteligente del mercado, pero firmas de investigación como Forrester Research insisten en que la incursión del titán de Cupertino en ese segmento le otorga una legitimidad de la que carecía hasta ahora.2
La competencia, mientras tanto, ha tomado buena nota del desembarco de Apple en una industria dominada por nombres míticos como Rolex, Cartier, Omega, Patek Philippe o Swatch.
Así, este jueves, Swatch, el mayor fabricante de relojes del mundo, daba a conocer su plan para implantar microprocesadores programables en sus relojes que permitirán hacer pagos con un simple golpe de muñeca.
“Somos los campeones a la hora de integrar funciones inteligentes en el reloj“, afirmó en rueda de prensa el jueves el consejero delegado de Swatch, Nick Hayek, para quien la entrada de Apple en el sector es “una gran oportunidad”.
“Están abriendo el mercado, sobre todo en Estados Unidos, donde la gente ya no usa relojes. Alguien está abriendo esa oportunidad. Dejen que Apple haga el trabajo. Está bien. Es bueno. Los felicito”, añadió Hayek.
Falta por ver si el nuevo producto de la empresa de Cupertino logrará que el reloj de pulsera vuelva a adueñarse de los millones de muñecas que lo habían dejado en el olvido.