El cementerio de Bella Vista, viejo, o de la 42, como también se le conoce, forma parte del patrimonio histórico y cultural de Barquisimeto y como tal merece mayor atención por parte de las autoridades municipales y regionales.
En el camposanto permanecen valiosos monumentos o figuras de mármol sobre los panteones, muchos de ellos elaborados e importados de Europa hace años, que provocarían envidia en cualquier amante de los museos.
Estatuas y figuras de santos, ángeles, vírgenes, cruces y hasta de personas, como la del cantor y guitarrista Rafaelito Gómez, o del caficultor Ramón Arráez, llaman la atención a cualquier visitante.
En varias ocasiones se han escuchado, desde la alcaldía de Iribarren, voces de funcionarios anunciando operativos de acondicionamiento del lugar, pero todo se ha quedado en simples anuncios.
Ni siquiera porque allí reposaron durante años los restos del prócer, general Juan Jacinto Lara, al cementerio de Bella Vista se le ha dado el mantenimiento permanente que se merece.
Falta de operativos de eliminación de maleza, de vigilancia para impedir su conversión en sitio de reunión de indigentes o indeseables, así como de delincuentes que en horas de la noche, amparados en la oscuridad, ingresan con malsanas intenciones, como celebración de ritos satánicos o actos inmorales, así como la destrucción y el saqueo de los panteones lo demuestran.
Hasta fines del año pasado, el viejo campo santo fue servicio sanitario y hasta albergue de grupos de familias indígenas procedentes de la Sierra de Perijá que, finalmente, fueron llevados a su región de origen.
Sin embargo, algunos han regresado y, de acuerdo a lo que se pudo ver este martes, nuevamente se han ubicado en ese recinto, e incluso se afirma que duermen en la parte inferior de panteones aprovechando que de noche no existe vigilancia alguna.
Existen trabajadores, como Juan Agustín González, que consideran hay mejoras en el lugar de reposo de quienes atendieron el llamado del Señor, como la construcción de una pared en el extremo este que impedirá el ingreso de personas en horas de la noche.
González lleva 42 años como enterrador en el viejo cementerio y recuerda el sepelio del ex gobernador Miguel Romero Antoni como el de mayor asistencia de personas.
Cree que con la construcción de la pared y del parque en el sector este, desde la entrada principal hasta la avenida Pedro León Torres, allí se vivirá otro ambiente y provocará visitas con mayor frecuencia.
A eso habría que agregar la vigilancia, las 24 horas de cada día, de la Policía Municipal de Iribarren, de Lara y de la Guardia Nacional, con la instalación de un puesto permanente, como se ha prometido.
Los trabajos del parque al lado de la avenida Rómulo Gallegos o calle 42, apenas están comenzando con el levantamiento de la pared que le separará del camposanto, pero los barquisimetanos, sobre todo de la llamada vieja guardia, confían en que el alcalde Alfredo Ramos garantice los recursos necesarios para que esa obra no se detenga y antes de que concluya el 2015 el viejo cementerio de Bella Vista presente una mejor cara a residentes y visitantes en la ciudad crepuscular.
