En los hogares barquisimetanos, como de otras ciudades larenses, y de Venezuela en general, la escasez de gas doméstico es un problema que, pese a reiteradas promesas oficiales, no ha podido ser resuelto por quienes tienen la responsabilidad de hacerlo.
Cuando las comunidades han salido a protestar por las dificultades que encuentran para obtener ese combustible reciben todo tipo de pretextos por parte de los distribuidores.
Camiones inactivos por falta de repuestos, carencia de cilindros para sustituir los antiguos y en mal estado, falta de personal o problemas con el llenado, son algunos de los argumentos esgrimidos, pero transcurre el tiempo y no se observa solución alguna a esa problemática.
Este martes, un grupo de mujeres y hombres, procedentes de diferentes sectores de la ciudad, cansados de esperar la llegada de los dos camiones cargados de cilindros a las inmediaciones de la Casa Sindical, donde se las suministrarían, decidió protestar.
Con sus bombonas se colocaron en la avenida Libertador, en el canal sentido oeste-este impidiendo el tránsito automotor.
“No es justo que nosotros, que llegamos a las cinco o seis de la mañana, sean las diez y media y todavía no haya llegado ningún camión con las bombonas del gas”, decía una señora algo malhumorada.
“Yo tengo una semana tratando de conseguir una bombonita y me he andado todo Barquisimeto pero en todas partes me dicen que no hay; por eso me vine para acá, donde venden todos los días”, expresaba un padre de familia.
“Nos dan unos números en la mañana para que esperemos el camión, pero son las once y nada que llega nadie, y aquí vamos a estar hasta que llegue el gas”, gritaba otra mientras mostraba su número.
Al lugar llegaron funcionarios de la Policía de Lara quienes escucharon la queja de mujeres y hombres que mantenían la protesta sin soltar los cilindros en plena avenida Libertador.
Mientras tanto, el tránsito automotor en sentido oeste-este se desviaba hacia la derecha, provocando el natural congestionamiento en la calle 39.
Conforme avanzaban las horas y se acercaban las doce, el mismo se hacía más intenso, con las lógicas protestas de los conductores, sobre todo de aquellos que estaban de paso por la ciudad.
“No es posible que la gente en este país tan rico tenga que salir a protestar en las calles para que les resuelvan sus problemas, y nosotros que no tenemos nada que ver con el asunto también paguemos las consecuencias”, expresaba uno de los conductores mientras trataba de salir del congestionamiento.
En el lugar de la protesta se escuchaba todo tipo de versiones para justificar la demora de los camiones con el gas.
Algunos afirmaban que había una reunión en el llenadero por lo que los camiones no habían salido.
Poco después de las doce llegó el primer camión con las bombonas y luego el otro, entregando el producto a quienes desde la mañana temprano estaban esperando por ellos.
“Ojalá mañana no le pase lo mismo a los que les toque venir”, manifestó Tico Vásquez mientras se retiraba con el cilindro al hombro.