El galáctico legado es un país dividido de muchas maneras. Entre los de allá y los de acá (escoja usted cuál le gusta más o le disgusta menos), y los que van y vienen de allá para acá y viceversa. Dividido entre los ricos y los pobres de siempre, entre los nuevos ricos y los nuevos pobres, entre los boli (burgueses y chicos) y los pendejos de siempre que no pegan una porque se empeñan en ganarse la vida con el sudor de sus frentes. Dividido entre racistas y clasistas, de ambos lados también, con tantas pasiones desatadas que pareciera que jamás se reconciliarán.
Sí, el galáctico legado incluye enchufados y desenchufados. A los vivísimos (los Tío Conejo criollos los llamaría Axel Capriles) y los “bobísimos” (que son las personas honestas que aún quedan, por fortuna negadas a corromperse, la reserva moral con la que contamos para reconstruir el país).
¿Qué más galáctico legado que el de un dólar que se disparó más allá de la atmósfera terrestre? ¿Qué más galáctico legado que un bolívar débil –propongo cambiarle el nombre a nuestra moneda (¿por qué no ponerle “galáctico”)- devaluado, devaluado y más devaluado?
Galáctico legado también es la quiebra de las empresas productivas, los robos a mano armada que han constituido las expropiaciones y los planes milmillonarios que jamás arrancaron. Galáctica la escasez. Galáctica la inflación. Galáctico el desabastecimiento.
Galactiquísima la censura, la inducción a la autocensura, la toma indiscriminada de medios de comunicación para poner en marcha un proceso de idelogización anacrónico, obsoleto e imposible de llevar a la práctica y el cierre de canales de TV, emisoras de radio y periódicos considerados “enemigos”. Galáctica la conculcación progresiva de todas las libertades.
Galáctica también la sistemática, constante y brutal violación de los derechos humanos de los adversarios, mientras galácticamente se protege a asesinos que con plena libertad de circulación y acción acaban con las vidas, los proyectos y los sueños de tantos venezolanos probos.
Galáctica la fanfarronería, el jalabolismo, el servilismo, la obsecuencia, la ceguera.
Galáctica la cursilería. Galáctico el derroche. Galáctica la destrucción. Galáctica la pobreza. Galáctica la mentira. Galácticas las promesas. Galáctica la habladera de paja… ¡Galáctica la desesperanza!
@cjaimesb