Sean Penn habló sobre su broma de la «green card», el permiso de residencia permanente en Estados Unidos, que recorrió el mundo durante la última edición de los Oscar, durante un acto promocional de su nueva película «The Gunman» el sábado en Beverly Hills, diciendo que no tiene «absolutamente ninguna disculpa» por sus comentarios. El actor y director también ofreció otras opciones para aquellos que no captaron la ironía de sus palabras.
El 22 de febrero, durante la 87ma edición de los Premios de la Academia, Penn, encargado de presentar el galardón a la mejor película, hizo gestos cuando abrió el sobre y preguntó
`¿Quién le dio a este hijo de p… la tarjeta de residencia?» antes de anunciar a «Birdman» como ganadora.
Dirigida por el mexicano Alejandro González Iñárritu, muchos se preguntaron si la broma no era de mal gusto. El término «green card» (tarjeta verde) hace referencia al documento que otorga a inmigrantes la residencia permanente en territorio estadounidense.
«Me pareció chistosísimo», dijo Iñárritu tras la ceremonia. «Sean y yo tenemos ese tipo de (relación) brutal en la que solo la amistad verdadera puede sobrevivir».
Iñárritu dirigió a Penn en la película de 2003 «21 Gramos» y los dos siguen siendo amigos.
«Le hago muchas bromas muy fuertes que no les contaré a ustedes», añadió el realizador mexicano tras recoger la estatuilla.
Aunque la respuesta de Iñárritu descartando cualquier posible ofensa ayudó a templar la respuesta pública al comentario, Penn había mantenido silencio sobre el asunto.
«Siempre me sorprendo por la estupidez flagrante. Sigo teniendo algo más de esperanza», dijo Penn sobre la indignación generalizada que siguió a su comentario.
«El hecho es que lo entiendo. Lo veo todo el tiempo. Cuando alguien ve la oportunidad de destacar algo en la comodidad común _ lo hacen, obtienen las miradas de un grupo, toman esas posiciones y nunca piensan realmente de qué se trata», añadió.
«No tengo absolutamente ninguna disculpa», dijo Penn con calma.
«De hecho, tengo un gran (improperio) para cada uno (…) cualquiera que es tan estúpido para no captar la ironía cuando está en un país que es tan xenófobo», dijo. «Si estuviera en sus manos, no tendrían grandes cineastas como Alejandro trabajando en este país. Gracias a Dios que lo tenemos».