Deseo de corazón que el viaje emprendido por el señor Francisco Cañizales Verde, lo lleve por senderos de paz y tenga la dicha de encontrara su llegada abiertas de par en par las puertas del cielo.
Nunca podremos olvidar a quien estuvo con los articulistas de esta página por muchos años aportando el valioso tesoro de sus conocimientos,luchas, ideas y pensamientos.
Cañizales Verde fue gran defensor de la libertad,sobre todo la de elegir, la de prensa y de opinión. Como la mayoría de nosotros él pensaba que querer poner barreras al pensamiento es tanto como querer ponérselas a la aurora, al crepúsculo, a las lejanías y al campo destinado a extenderse libremente. Ninguna dictadura logrará anular nuestras creencias, la lucha por la libertad, ni nuestra manera de pensar, porque éstas son riquezas inacabables, propiedades exclusivas de cada ser humano.
En 2007 EL IMPULSO publicó el artículo de esta humilde pluma “Las puertas de la vida” al que el señor Cañizales Verde hizo un excelente símil con su tema “Las puertas del cielo” en marzo del mismo año. Por esas casualidades de la vida hoy que ya no está me llegan insistentes a la memoria los dos artículos, razón del tema de hoy.
La puerta no es solo el agujero que se hace para entrar y salir por él. Entramos a la vida a través de la puerta de la madre y salimos de ella cuando el cielo lo decide. Hay puertas que al tocarlas se abren dando paso al vergel de los uveros para disfrutar su sumo cuando la amistad es verdadera, existen en el mundo muchas puertas, una de tantas es la de Las Termopilas o Puertas calientes, donde en el estrecho paso Leonidas venciera en una sangrienta batalla a Jerjes. Existe la Puerta del Sol en Toledo (España).Me siento complacida al haber bautizado mi columna Por la puerta del sol en honor al sitio en que nací.Hay las puertas que se tocan en busca de trabajo y no se abren. La democracia tiene siempre las puertas abiertas al progreso, a las libertades y derechos, la dictadura las cierra incompasiva destruyendo la condición humana de sus gobernados, unas de las más tristes son las de la prisión que se abren para confesos y no confesos, para culpables y no culpables. Es puerta de fe la iglesia por la que transitamos desde el Bautismo hasta la muerte.
La ilusión es esa puerta que invita a pintarse la cara color esperanza y tentar al futuro con el corazón, esa que nos obligan a cerrar cuando nos matan la alteza de los sueños más queridos.Al pobre le cierran todas las puertas, al rico se las abrirán mientras tenga dinero. Los que como amigos hoy lo ponen en un pedestal, seguro es que lo olvidarán mañana como dice la canción, cerrándole la puerta cuando su estrella deje de brillar. Cuando le abren la jaula al pájaro, despliega sus alas, surca el mar y no se detiene hasta llegar a playas encantadas.
En su artículo Las puertas del cielo el profesor Cañizales Verde recuerda a Jacob quien habiéndose quedado dormido al huir de su hogar, le preocupaba aquel sitio desconocido al que cansado había llegado. Se quedó dormido y al despertar de su hermoso sueño con ángeles que subían y bajaban peldaños exclamó: “En verdad que Dios habita aquí y yo no lo sabía. Cuán venerado es este lugar. Verdaderamente esta es la casa de Dios y la puerta del cielo”.
Profesor Cañizales Verde: Apacible sea el viento que arree su nave rumbo a puerto Nirvana. Descanse en paz.