Parte de los proyectos de crecimiento de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), se ven truncados por la ocupación de los terrenos ubicados en la parroquia Agua Viva, municipio Palavecino, donde más de 250 familiares apostaron viviendas improvisadas a causa de necesidad de habitar en algún lugar. Así lo considera, Rubén Darío Albornoz, presidente de la Asociación de Trabajadores Administrativos de la UCLA (Ataucla).
El directivo gremial indicó que estos espacios están destinados para la expansión del Postgrado de Agronomía y la construcción de una sede social de Ataucla. Por tanto aseguró que la toma perjudica la garantía de futuro de la universidad.
“Cómo es posible que algunas personas quieran hacerse de unos terrenos que significan el futuro de nuestros hijos. Dónde quedará el crecimiento de la universidad. Nosotros como miembros de la comunidad universitaria también tenemos necesidad de un hogar digno, pero no procedemos a estas acciones porque evidentemente se lesiona el desarrollo académico de la región”.
Agregó, que el terreno no es ocioso, pues allí se encuentra el sensor predictor de sismos de Funvisis para el municipio Palavecino, un estadio de softbol, una cancha de bolas criollas y áreas recreativas de Ataucla.
“Incluso, en esos espacios existe un proyecto de construcción de un centro de convenciones o auditorio de usos múltiples, centro formativo de jardinería, boulevard con una vitrina de 150 especies diferentes de palmeras, arborización general y espacios recreativos”.
Gobierno no aporta recursos
La causa de que en estos terrenos no se haya construido una edificación, recae el déficit presupuestario en el sector universitario. Albornoz, explicó que el Estado no ha aportado recursos para la infraestructura de la UCLA desde hace ocho años.
“La lentitud de los proyectos de ampliación se deben al presupuesto reconducido que nos han sometido en los últimos ocho años. Además que la crisis económica hace mella en la ejecución de trabajos. Sin embargo, pensamos que es una toma totalmente fuera del marco legal, pues los espacios destinados al desarrollo educativos están amparados por la Ley”.
Expuso que las carreras de Desarrollo Humano y Psicología no cuentan con sede propia; además que el edificio de rectorado adolece de patologías estructurales.
A pesar de los esfuerzos administrativos, la universidad solo puede destinar recursos para cancelar salarios y cumplir con las providencias estudiantiles.