Entre los últimos deseos del idolatrado como eterno supremo comandante, estuvo la reanudación de relaciones con EEUU, deterioradas durante su mandato y atribuida a estrecha vinculación con Fidel Castro.
“Es el esfuerzo que el presidente Hugo Chávez nos pidió que sigamos haciendo y ordenó que el embajador ante la OEA, Roy Chaderton, conversara con autoridades en Washington sobre el restablecimiento de embajadores en ambos países», declaró el 17 de febrero 2013 el entonces canciller Elías Jaua.
Tales relaciones se empeoraron con los sucesos del 11 de abril 2002, que conllevaron a su renuncia y prisión. En alocución del 14 de mayo denunció la participación de EEUU, pero el embajador William Brownfield dijo que le había advertido sobre un Golpe. En octubre acusó frustración de nueva asonada y dos intentos de magnicidio.
Señalamientos contra EEUU en los cuales implicaba a España y al presidente Alvaro Uribe, quien le retiró plácet para mediar ante las FARC, se produjo en la Operación Balboa, juego de guerra que Chávez denunciaba como plan para invadir Venezuela. Se afirmó que la operación incluía el magnicidio.
Sostuvo que su régimen se había infiltrado en la embajada yanqui y que encontró pruebas de espionaje del agregado naval comandante John Correa, por lo cual decretó su expulsión, en enero de 2006. EEUU respondió con expulsión de Jeny Figueredo, jefe de ayuda para el embajador venezolano en Washington.
Con llegada de Obama a la Presidencia en 2009, el comandante reiteró esperanza de normalizar relaciones. En la Cumbre de las Américas celebrada en Trinidad y Tobago le dijo que quería ser su «amigo».
“Yo soy el primero en aspirar un verdadero cambio en relaciones entre Venezuela y EEUU y que las coloquemos ambos presidentes en un nivel racional», expresó.
En esos deseos insistió el 10 de febrero 2010, en presentación de nuevas empresas consorciadas para desarrollo de áreas la Faja Petrolífera del Orinoco.
Al saludar a Alí Moshiri, representante de la empresa estadounidense Chevron para América Latina y África, manifestó: «Nosotros te damos la mano a ti y al pueblo de EEUU y recuperemos la esperanza; ojalá que recuperemos el nivel de relaciones de cuando gobernaba Bill Clinton».
Apartándose de la línea su legatario Nicolás Maduro retoma la implicación yanqui en plan golpista, sin omitir magnicidio. Lo hace en respuesta a suspensión de visas y confiscación de bienes a funcionarios violadores de derechos humanos. A ello se suma denuncias de militar desertor sobre el Cartel de los Soles del narcotráfico.
En reciprocidad a la sanción adopta sistema de visado obligatorio para ejercer control; prohibición de otorgar visas a los políticos George W. Bush, Dick Cheney, George Tennet, Marco Rubio, Bob Menéndez, Mario Díaz Balart e Ileana Ros-Lehtinen; reduce a 17 funcionarios en Embajada en Venezuela y decreta autorización para reuniones.
Anunció captura de estadounidenses en espionaje, entre ellos un piloto de aviones. Quizá refiera a 4 misioneros en irrupción del Ejército a iglesia donde tenían una clínica, quienes fueron expulsados.
Venezuela sigue teniendo dependencia de EEUU en exportación petrolera e importación de gasolina. ¿Por qué no la elimina, como amenazó Chávez en 2010?
Al margen: Errare humanum est: en anterior columna se leyó: del comandante supremo a Rafael Caldera y se omitió la a por lo cual apareció el ilustre civil con el grado militar. Excusas.
