El comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, denunció hoy a la treintena de países donde se cometen las más graves violaciones de los derechos fundamentales, que en Latinoamérica se concentran en México y Venezuela.
Zeid presentó hoy ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU el informe anual de su oficina, en el que desgranó violaciones de los derechos humanos existentes en el mundo.
En Latinoamérica, destacó exclusivamente los casos de México y Venezuela.
“Sigo muy preocupado por el deterioro de la situación de los derechos humanos en Venezuela, particularmente las duras respuestas del Gobierno a las críticas y expresiones pacíficas de discrepancia”, afirmó Zeid.
“El uso de la fuerza letal contra manifestantes es muy preocupante”, añadió.
El Gobierno del presidente Nicolás Maduro ha autorizado a la Fuerza Armada el uso de la fuerza “potencialmente mortal” en la represión de manifestaciones, una decisión que causó el pasado 24 de febrero la primera víctima mortal, un adolescente de 14 años.
Asimismo, el comisionado denunció “la intimidación y campañas públicas, incluidas por altos funcionarios del Gobierno, contra defensores de los derechos humanos” en Venezuela.
“Estoy especialmente preocupado por la continua detención de líderes de la oposición y de manifestantes, a menudo por largos periodos”, concluyó Zeid, en referencia a dos destacados opositores, Antonio Ledezma, alcalde de Caracas, y Leopoldo López.
Con respecto a México, dijo que es “un cruel ejemplo de cómo la violencia criminal puede amenazar ganancias democráticas logradas con esfuerzo”.
“He expresado en repetidas ocasiones mi preocupación respecto a la violencia generalizada en partes de América Central y en México, y los vínculos con el crimen organizado, las fuerzas de seguridad y las autoridades locales y centrales”, recordó.
“La desaparición de 43 estudiantes en Iguala está lejos de ser un caso aislado, pero desafía a las autoridades a que tomen acciones decisivas para acabar con la impunidad y evitar estos crímenes en el futuro”, demandó.
Los estudiantes fueron presuntamente asesinados por un grupo de criminales liderados por el Gobierno local de la ciudad y causó no sólo protestas en México, sino condena y repudio en el mundo entero.
Fuera de Latinoamérica, Zeid afirmó que “en la Federación Rusa, asesinatos de líderes de la oposición y defensores de los derechos humanos por asaltantes desconocidos son una fuente de grave preocupación”.
“Urjo al Gobierno a que se asegure de que las organizaciones gubernamentales, los defensores de los derechos humanos y los medios de comunicación tienen el espacio y la protección que necesitan para poder realizar sus importantes funciones en línea con los estándares internacionales”.
La semana pasada, fue asesinado a dos pasos del Kremlin Borís Nemtsov, uno de los opositores políticos al Gobierno ruso más emblemáticos, lo que causó alarma internacional y una considerable movilización nacional.
Zeid no mencionó el conflicto en el este de Ucrania y se limitó a mostrar su preocupación por la situación de la minoría tártara en Crimea, península anexionada por Rusia hace casi un año.
También se refirió a China, donde reconoció que se dan de forma vertiginosa reformas, pero lamentó que la tolerancia a la libertad de expresión siga siendo arbitraria.
Con respecto a Estados Unidos, Zeid citó los errores cometidos en su lucha contra el terrorismo -casos de tortura, eminentemente- pero alabó la transparencia con la que el país había asumido sus equivocaciones.
Siria, Irak, Nigeria, Libia, el Yemen y Somalia fueron citados como países afectados radicalmente por la violencia sectaria islámica, y el comisionado hizo especial hincapié en el “momento crucial” que afronta el mundo con respecto a la lucha contra el terrorismo islamista.
“Las operaciones de contraterrorismo que no son específicas, que son desproporcionadas, brutales e inadecuadamente supervisadas violan especialmente las normas que queremos defender. Además, les dan a los terroristas una magnífica herramienta de propaganda”, advirtió, no obstante.
También opinó que el aumento de reclutamientos de extremistas no se debe “a que hayan sido hipnotizados de forma sorprendente e inexplicable”.
“El extremismo, por muy repugnante que sea, se nutre de ideología y por la alienación provocada por años de tiranía, corrupción, represión, discriminación, privación y negligencia de los derechos de la comunidad”, añadió.