Las pantallas flexibles es otro de los retos de las empresas tecnológicas. En esa búsqueda por dejar atrás lo que hasta ahora se había conocido (la pantalla plana) van surgiendo propuestas que, más o menos acertada, intentan aportar valor y distinción a pesar de no haber conseguido romper el mercado.
Una de las firmas que más ha apostado por esta innovación, que el tiempo demostrará si estaban en lo cierto o no, es LG, que ha insistido con su G Flex 2, un terminal pensado en un primer momento para la ergonomía pero que tiene un trasfondo distinto: su posibilidad de arquearse gracias a un panel flexible permite que en caso de ejercer la presión (por ejemplo al sentarse) el terminal no sufra alteraciones ni desperfectos.
Pero, ¿pará qué sirven las pantallas curvadas en los teléfonos móviles inteligentes? ¿Son una moda? ¿Algo revolucionario o las marcas lo abandonarán pasado un tiempo? Samsung también metió su cabeza en el asunto con un terminal lanzado hace dos años,Galaxy Round, pero con una pantalla rígida en lugar de la promesa de flexibilidad.
Ahora, la firma surcoreana vuelve a la carga y, tras el lanzamiento del «phablet» Galaxy Note Edge, el nuevo buque insignia, el Galaxy S6, incorpora una versión con un lateral curvado, que permite visualizar notificaciones y acceder a un plantel de aplicaciones de manera rápida.
En principio, estas soluciones vienen a aportar una nueva forma de visualización de los contenidos. La tecnología OLED ha permitido jugar con la morfología de las pantallas y el futuro, al igual que está sucediendo en el mercado de las televisiones inteligentes, propone que los «smartphones» cambien la forma a la que nos hemos acostumbrados.
Su diseño viene para demostrar que una curvatura mejora la calidad de la imagen final en aras de reducir las alteraciones de luz que pueda provocar, así como evitar el reflejo de los objetos. La pantalla curvada significa que se mejora el brillo También, otra de las promesas de los fabricantes es la mejora los imágenes y colores.