Hay casos que levantan suspicacia, es decir, recelo y sospecha, según el diccionario, como por ejemplo, las últimas actuaciones del gobernador Henry Falcón, quien con sus guabinosas, escurridísimas o difíciles declaraciones siempre ha dado un pasito pa´lante y dos para atrás.
Son, por supuesto, sin descalificar su personalidad, salidas inteligentes que lo colocan en medio de la oposición y el gobierno, es decir, ni chicha ni limonada, o como diría el difunto Carlos Andrés Pérez: “Ni lo uno, ni lo otro, sino todo lo contrario”.
El pueblo quiere que se desentrañe esta etapa desde la perspectiva de lo que hace el gobierno en contra de los venezolanos, y de quienes se dejan ver las medias, a pesar de que la fantasía se desvanece pronto, desgarrándose en un país imposible, donde se busca confundir a los otros.
El primer mandatario regional ha dicho cosas como estas: (25 sept. 2014 boletín de prensa): “Apuesto por la reactivación del proceso de diálogo entre el Gobierno y la oposición”. El 19 de octubre de 2013, el presidente Nicolás Maduro le pidió aclarar lo que calificó como “temerarias” declaraciones cuando habría hablado en rueda de prensa sobre un “nuevo gobierno”, cuya prioridad debería ser la reinstitucionalización del país.
El 14 de julio de 2012, el extinto presidente Hugo Chávez lo calificó de traidor “que llegó a la gobernación con los votos de ustedes, a ese traidor lo vamos a convertir en polvo cósmico, lo vamos a desparecer del mapa político» sentenció.
Falcón cargó posteriormente contra los promotores de “la salida” y la propuesta de convocar una Asamblea Nacional Constituyente, impulsada por Voluntad Popular. Dijo el l4 de marzo de 2014 no estar en favor de las barricadas “ni apoyaré jamás las guarimbas”. El 9 abril de 2014 en el programa Vladimir a la 1, transmitido por Globovisión, que “en Venezuela no había una presunta dictadura”. El 22 de febrero de este año señaló que: “No es el momento de caer en provocaciones, ni radicalismos”.
En la marcha denominada Abajo Cadenas, que recorrió la avenida Lara hasta llegar a Santa Rosa, Henri Falcón también marchó pero no estuvo en el pronunciamiento oficial de los estudiantes ni con los dirigentes opositores frente al templo de la Divina Pastora, sino con los militantes de Avanzada Progresista, manifestando que marcharía con quienes conforman el progresismo en Lara y que “no le comemos casquillos al radicalismo de ninguno de los dos lados. No piensen, unos u otros, que somos títeres de nadie”. ¿Difícil de interpretar, no?
Ante estos hechos, al gobernador Henry Falcón se le tilda de “guabinoso”, desde diferentes sectores de la política venezolana, expresión criolla atribuida a aquellas personas que no mantienen una postura firme, sino acomodaticia de acuerdo a sus propios intereses. De hecho, recientemente Nicolás Maduro lo alabó, por estimar que es el único miembro de la oposición que ha mostrado su voluntad de sumarse al diálogo con el gobierno nacional.
A quien milita como opositor, sin embargo, se le acusa de seguir coqueteando con el gobierno de Nicolás Maduro, caminando en la cuerda floja sin vara que lo equilibre, por haber sido una ficha fundamental de Chávez para mantener su hegemonía durante los años que se mantuvo en el poder. Desde la Asamblea Nacional Constituyente, sumó sus votos para conformar la estructura política que permitió todos los desmanes que desde el Poder Ejecutivo Nacional se propuso Hugo Chávez.
Como Alcalde y posteriormente gobernador en su primera etapa, Falcón contribuyó a afianzar la tiranía chavista en los territorios gobernados por él.
Todavía estamos a tiempo de desenmascarar a quienes dan un paso para adelante y dos para atrás, para coger impulso y retomar el camino iniciado.