Hablar de Guillermo Morón no resulta trillado, cuando se trata de ajustar cuentas, en un momento de falsificación de realidades, donde el pasado ha cobrado inusitado interés.
El historiador se ha mantenido en los primeros lugares del debate, no siempre sustancioso y enriquecedor, porque la otra parte: la satrapía autoritaria, apela a la diatriba descalificadora.
El neoautoritarismo, llamado también Socialismo del Siglo XXI, ha querido secuestrar al héroe y su épica, mostrándolo con una faz desdibujada para embrutecer, siguiendo en canon ideológico. Manipula algunos preceptos del culto a Bolívar, tratando de introducir de contrabando la adoración a Hugo Chávez, mal llamado “el comandante eterno”; buscando a largo plazo fundar una nueva religión civil, basado en la fijación histérica de las bondades cuasimágicas del “vendedor de arañitas”.
Este proceso de adulteración ha llegado al clímax con la elaboración de cartillas ideológicas, distribuidas entre nuestros escolares. Textos de historia o comic proliferan en nuestras escuelas desde hace un tiempo; fabricando una saga de un deformado Bolívar, amamantado por esclava cubana, cuyo rostro se le hace aparecer con rasgos africanos y aborígenes, poniéndolo a hablar como redentor hasta hacerlo coincidir con el dogma marxista del justiciero.
Las guerras continentales, la presencia cada más determinante de Estados Unidos, las traiciones de sus generales más allegados, la sospecha de envenenamiento; el endiosamiento de Manuelita Sáenz, negando la presencia de otras mujeres en la vida del promiscuo personaje. Cada una de estas aberraciones han sido negadas y demostrada su falsedad, por Guillermo Morón en estos tres lustros de desgobierno. Con su actitud de férreo defensor de la libertad nos alerta de la banalización del Libertador, para imponer la chatura de Chávez y sus continuadores.
Próximo a cumplir noventa años, venezolanos como el escritor e historiador caroreño, nos mueve a pensar que esta pesadilla que nos sobrevino es un vulgar accidente en la vida de una nación, la cual ha vivido momentos estelares, y que ya es hora de recomenzar.