La Venezuela que tenemos hoy es un país totalmente distinto al de hace 100 años, con sus aciertos y desaciertos. Es totalmente falsa la tesis según la cual Venezuela a principio del siglo XX era un país normal y el petróleo vino a destruirnos y a llenarnos de deformaciones vicios e inmoralidades. Es cierto que existía una economía basada en la producción de la tierra, pero las condiciones sociales no era muy distintas a las sociedades feudales, profundas desigualdades y justicias sociales, el trabajador con sueldos paupérrimos, sin ningún tipo de protección social, sin acceso a la educación, a los derechos civiles y políticos, en muchos casos bajo una esclavitud disfrazada.
Hay quienes consideran que fue la renta petrolera la que liberó los esclavos en Venezuela. Desde la abolición 1854, habiendo transcurridos más de 70 años, los ex esclavos, juntos a los indígenas y campesinos en general, no vieron ningún cambio favorable después de la independencia y por eso se alzaron en la guerra de federación. No recibieron la tierra prometida, que desde 1816 había ofrecido Bolívar, no tenían derecho a nada, solo a seguir trabajando en peores condiciones que en la esclavitud. Existieron las “tiendas de raya” que mantenía a una tercera y cuarta generaciones de hombres atados por deudas contraídas con las bodegas y casas comerciales dependientes de las haciendas. Fue el gomecismo, con la renta petrolera la que termino con eso.
Desde los tratados de Gómez-Buchanan, Venezuela queda atada a los intereses de los Estados Unidos. La Creole Oil, subsidiaria de la New Yersy de los Roquefeler desplaza en 1918 a la British Petróleo, hasta entonces dominante. Desde 1934, nuestra economía, como la mayoría del resto del mundo, estaría articulada al dólar como moneda mundial. Luego desde los inicios de la democracia representativa, desde la “doctrina Betancourt” Venezuela se convierte en el principal aliado de la política exterior norteamericana y su enfrentamiento a la expansión de la revolución Cubana en América.
Dependiendo desde que punto de vista lo percibamos, esto ha sido gracia y desgracia para nuestra sociedad. Venezuela fue desde 1928 y hasta finales de los años cincuenta, el principal exportador del mundo, pero el crecimiento violento de la demanda de posguerra, hizo crecer violentamente la producción del Medio Oriente, petróleo cuya calidad y menores costos comenzaron a desplazar los mercados venezolanos.Venezuela fue unos de los primeros surtidores de petróleo no solo para levantar la economía europea, sino, además, petróleo con el cual se garantizó el triunfo de la primera y segunda guerra mundial.
Desde entonces nuestra economía se ancló a la economía norteamericana, disfrutando las limosnas de su auge y sufriendo la población todas las recesiones de la economía norteamericana. No obstante los intentos por una política nacionalista como lo fueron algunas reformas en el ámbito energético y fundamentalmente la nacionalización del petróleo y del hierro en 1975, estos en realidad muy poco tocaron el peso de las trasnacionales, que siguieron dominando nuestro comercio de los recursos naturales y se quitaron de encima los costos de producción.
A pesar de que aún hoy cerca de la mitad de nuestro comercio exterior se hace con los Estados Unidos y de que sus casas comerciales, industrias, capitales dominan sobre las principales redes productivas del país, no se puede negar que desde 1999 se le ha venido frenando sus dominios y sobre todo existe una política nacional de carácter de Estado enfrentada a las injerencias extranjeras en nuestro país. Continuará…