Hollywood es más inteligente de lo que parece. Ya sea a propósito o por casualidad la 87a entrega de los Premios de la Academia elegante y sutilmente cambió el tono de la temporada de su obsesión con los desaires y la comprobación de hipótesis de nominados a una celebración positiva de la cinematografía original y la lucha por causas tan diversas como la inmigración, el suicidio o la igualdad de derechos para las mujeres.
La industria obsesionada con sí mis
ma le dio el premio al mejor director y mejor película a «Birdman» de Alejandro González Iñárritu, un análisis al narcisismo de los actores. Pero la vanidad pareció desaparecer cuando se abrían los sobres de con los nombres de los ganadores. Incluso en sus momentos de gloria la mayoría de los galardonados prefirió hablar de algo más que ellos.
El mexicano González Iñárritu, cuya «Birdman» también ganó el premio a la mejor cinematografía y guion original, dijo que reza porque su país encuentre «el gobierno que merecemos» y que los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos puedan ser «tratados con la misma dignidad y respeto que los que vinieron primero y (construyeron) este increíble país de inmigrantes».
El presentador Neil Patrick Harris marcó el tono de la noche caminando sobre la delgada línea entre la alegría irreverente y la parodia autorreferencial.
«Hoy reconocemos a los mejores y más blancos de Hollywood, perdón quise decir los más brillantes», dijo al comienzo de la ceremonia haciendo un comentario a la falta de diversidad racial entre los actores nominados.
Patricia Arquette, que ganó el Oscar a la mejor actriz de reparto por su retrato de una madre divorciada en «Boyhood» de Richard Linklater también aprovechó el escenario para pedir igualdad de derechos y sueldo para las mujeres recibiendo una ovación de Meryl Streep, quien competía con ella en la categoría.
«Es el momento de las mujeres. Igual significa igual. La realidad es que entre más viejas son las mujeres menos dinero ganan», dijo tras bambalinas.
La actriz galardonada Julianne Moore («Still Alice») y el actor Eddie Redmayne («The Theory of Everything») continuaron con la tendencia al usar sus discursos para crear conciencia sobre las enfermedades de sus personajes: Alzheimer y esclerosis lateral amiotrófica (ELA), respectivamente.
«Este Oscar le pertenece a toda la gente en el mundo luchando contra la ELA», dijo Redmayne.
El documental «CitizenFour» en el que Laura Poitras retrató a Edward Snowden abrió el paso para debatir la democracia.
«Las revelaciones que hizo Edward Snowden no solo dejan ver una amenaza para nuestra privacidad sino para nuestra misma democracia», dijo Poitras, al recibir el Oscar. «Cuando las decisiones más importantes que nos afectan a todos se toman en secreto perdemos nuestra capacidad para vigilar a los poderes que controlan».
John Legend y Common usaron su victoria con la canción de «Glory» para pronunciarse sobre la importancia de «Selma», el drama por los derechos civiles que de acuerdo por muchos fue desairado en la presente edición.
«Decimos que ‘Selma’ es ahora porque la lucha por la justicia es en este momento», dijo Legend.
Como lo dijo tras bambalinas el joven Graham Moore, quien se sinceró sobre su depresión e intento de suicidio durante su discurso de agradecimiento por el guion adaptado de «The Imitation Game»: «Más vale que lo use para decir algo profundo».
En una temporada de resultados muy anticipados, varios de los cuales se volvieron realidad en el Teatro Dolby incluyendo el triunfo de J.K. Simmons («Whiplash»), los Oscar se guardaban algunos ases bajo la manga de su esmoquin, incluyendo el hecho de que todos los galardonados del domingo eran primerizos.
«Boyhood», la cinta de Richard Linklater que se llevó 12 años en su realización fue una de las favoritas de la crítica durante el año y era considerada una de las principales contendientes de la noche pero se quedó sólo con la estatuilla para Arquette. Las ambiciones de «Birdman» resultaron ser las más convincentes, aunque su protagonista Michael Keaton no se llevó el Oscar.
También notó una búsqueda clara de la originalidad entre los múltiples ganadores de la noche. «Whiplash» de Damien Chazelle, la electrizante película independiente sobre un estudiante de jazz y su implacable profesor, ganó tres premios: actor de reparto, edición y mezcla de sonido.
La tragicomedia de Wes Anderson sobre la Segunda Guerra Mundial, «The Grand Budapest Hotel», ganó cuatro estatuillas. Por mucho tiempo las idiosincráticas películas de Anderson habían sido pasadas por alto por la academia. Su cinta, una de las más nominadas de la noche, fue reconocida por diseño de producción, música original, diseño de vestuario y maquillaje y peinado.
Varias de las películas nominadas del año con mejor desempeño en taquilla, el drama de Clint Eastwood sobre la guerra de Irak «American Sniper» y la épica de ciencia ficción de Christopher Nolan «Interstellar», tuvieron que conformarse con un solo Oscar en categorías técnicas. «Interstellar» ganó en efectos visuales mientras que «American Sniper», por mucho la cinta más vista entre las nominadas a mejor película, se llevó el premio a la mejor edición de sonido.
El actor Sean Penn desató una serie de críticas cuando al anunciar la victoria de «Birdman» como mejor película preguntó «¿Quién le dio a este hijo de p… la tarjeta de residencia?» en referencia al director mexicano Alejandro González Iñárritu, quien a diferencia de varios lo tomó como una mera broma de un amigo.
Aunque el lunes se repetían los reproches al chiste de Penn, lo que también causó eco en México fueron los comentarios de González Iñárritu al recibir el Oscar a la mejor película por «Birdman».
«Ruego porque podamos encontrar y construir el gobierno que merecemos», dijo el director al dedicar el Oscar a mejor película a los mexicanos que viven en su país.
La frase comenzó de inmediato a ser interpretada por varios como un comentario sobre el actual gobierno del presidente Enrique Peña Nieto que ha sido blanco de críticas en los últimos meses por lo que algunos creen un mal manejo de casos como la desaparición de 43 estudiantes de magisterio y escándalos de presunto conflicto de interés.
La mañana del lunes la principal tendencia en Twitter en México era #ElGobiernoQueMerecemos.
Para algunos analistas, el comentario del director mexicano es una visión que varios comparten.