La situación en Venezuela se ha vuelto insostenible, sobre todo para aquellas personas que tienen familiares hospitalizados en algún centro hospitalario de la región.
La crisis y la escasez ha tocado al sector salud, quienes deben recorrer hasta en horas de la madrugada diversos sitios para conseguir los tratamientos que piden para los suyos, estos casos se evidencia a diario en las instalaciones del Hospital Central Antonio María Pineda.
Wilibeth Pérez, es una joven de 19 años, quien dio a luz su primer hijo, el cual tiene 24 días de nacida, la pequeña presentó un quiste en el pulmón y debió ser intervenida quirúrgicamente. Desde el momento que la joven madre fue internada en el Hospital Central, le pidieron todo para su parto, desde lo más sencillo hasta lo más complejo, le ha tocado comprar agujas, compresas, suplementos vitamínicos para la bebé, ampollas entre otro tipo de medicamentos.
En un principio la infante estaba en el área de neonatal en el Hospital y en dos ocasiones fue trasladada hasta el Pediátrico Agustín Zubillaga, para unos estudios, lugar que tan solo queda a 200 metros, debido a su delicado estado debía ser llevada en una ambulancia tipo UCI, le cobraron 400 bolívares, para cada traslado. Hasta la 1 de la madrugada, el padre de la infante ha debido salir a la calle a llevar muestras para exámenes que también han debido hacerse fuera del principal centro asistencial
Wilibeth calcula que diariamente han gastado unos 10 mil bolívares, contando los pasajes y comidas, porque residen en El Tocuyo, municipio Morán y deben viajar todos los días.
Son una familia de escasos recursos quienes han debido quitar prestado a sus familiares y conocidos para poder llevar el tratamiento que requiere la pequeña.
La señora María Alejo, desde hace cinco días tiene a su padre Sixto Alejo, hospitalizado en el Antonio María Pineda, el señor de 73 años, comenzó a presentar fiebre y diarrea, que le causó una deshidratación muy severa, fue llevado hasta el ambulatorio de Tamaca y solo le colocaron suero, pero era dado de alta, al continuar igual fue trasladado hasta los seguros sociales el Pastor Oropeza y Juan Daza Pereira, mejor conocido como el de la 50, en donde fue tratado y mandado a su hogar.
En vista que se estaba descompensando, por medio de un amigo doctor consiguieron hospitalizarlo en el Antonio María Pineda, y según sus familiares, les han pedido de todo hasta la enterogermina para tratar las evacuaciones, medicamentos simples y algunos que les ha costado conseguir han tenido que adquirir en estos cinco días, gastando más de cinco mil bolívares, y asegurando la señora Alejo que tienen que rogarle a los doctores para que evalúen al paciente.
Está no es la realidad de todos, pero sí de la gran mayoría, quienes indican que están como en una clínica, pagando por todo los tratamientos, pero hasta peor porque les toca exponerse hasta altas horas para conseguir los medicamentos o simplemente por un examen.
El seguro es otra cosa
Moraima Vásquez, desde hace tres días está con su padre hospitalizado en el seguro social Pastor Oropeza, a consecuencia de un pie diabético.
Indica que el señor de 69 años de edad, en reiteradas ocasiones ha sido llevado al Hospital Central en donde han tenido que costear todo el tratamiento y ahora han tenido una nueva experiencia con el seguro, consideran que el trato de los doctores es mejor, además que no se están preocupando por comprar medicamentos pues le aportan todo lo que necesiten, salvo algunos estudios que no se hacen allí que han requerido hacerlos en otros lugar.
Esta situación fue constatada por varios usuarios, quienes además agregaron que sabían que el Gobierno los tenía bien dotados por ello la razón de que no escasean los insumos.
