Al igual que la semana pasada, el aroma fue uno de los principales protagonistas de esta historia, pero a diferencia de aquella oportunidad, esta vez los olores que invadían el pasillo del edificio donde vive Francys Villegas, la artífice de Canelitas, no provenía de ningún platillo recién hecho, sino de una amplia gama de jabones artesanales desbordantes de frescura y con colores que los hacen parecer piezas de decoración
Apenas tiene 28 años, pero es de esas mujeres que ha hecho de todo y más, que ha estudiado una carrera, ha trabajado en diferentes cosas, ha sido ama de casa e, incluso, ha hecho un sinfín de cursos que la han ayudado a crecer personal y profesionalmente, convirtiéndola en una chica de armas tomar, preparada, talentosa, nutrida en diferentes aspectos y, sobre todo, sumamente simpática.
Es conversadora hasta más no poder, de esas que cuenta sin tapujos detalles y realidades, que convierte una entrevista en una tarde diferente y que te hace reír con sus divertidas ocurrencias. Pero más allá de su efervescente personalidad, hay un aspecto de su vida que brilla con luz propia, pues sus manos tienen habilidades que hacen felices a grandes a chicos, clientes que se han convertido en fieles admiradores de sus aromáticas creaciones.
Una luz al final del túnel
Es hija única y está felizmente casada, jamás le ha faltado nada y es la consentida de la casa, pero muy a pesar de eso, es una mujer trabajadora, de esas a las que les gusta sudarse sus propias cosas y ganarse la admiración de todos por sus destrezas y capacidades. Se graduó de periodista, carrera que ejerció como coordinadora del Departamento de Prensa de un reconocido canal regional, para luego incursionar en la industria farmacéutica como visitador médico, oficio que hasta el sol de hoy considera una de sus más grandes pasiones.
En agosto del 2013, la situación del país la obligó a tomar vías alternas, pues la escasez de sus dos medicamentos estrella la alejaba cada vez más de la posibilidad de dedicarle su vida a esa maletita mágica de la que salían tratamientos y esperanzas. Así, aquel curso que una vez había hecho comenzó a pintarse de futuro, la creatividad alzó el vuelo y el apoyo incondicional de amigos y familiares, la impulsó a darle forma a un proyecto que hoy, ya materializado, invade el país entero con la “fiebre Canelitas”.
Y es que estos jabones no sólo son lindos y huelen rico, sino que además tienen la particularidad de ser hechos con ingredientes de excelente calidad y con un cariño excepcional, por lo que logran convertir una simple ducha en un momento de placer, en la mejor manera de relajarse, en una suerte de medicina para el alma cuya espuma arrastra todos los males y deja en su recorrido corporal una estela de pulcritud, aroma y
buena vibra.
Así, Canelitas se fue dando a conocer, poco a poco fue ganando popularidad y, tras traspasar las limitantes del selecto grupo de conocidos que confiaban en su talento, logró posicionarse como uno de los productos favoritos de un sinfín de hogares venezolanos, como el recuerdito ideal para cualquier tipo de
evento e, incluso, como la mejor manera de darle un detalle hermoso y útil a nuestros seres queridos, un jabón que rompió el molde para convertirse en algo mucho más valioso que una simple pastilla de glicerina.
Entre aromas y colores
-Frutas tropicales
-Cereza
-Durazno
-Melocotón
-Fresa
-Manzana verde
-Mango
-Menta
-Coco
-Canela
-Avena
-Chocolate
-Miel
-Mandarina
-Tutti frutti
-Chicle
-Pera
-Cambur
-Almendra
-Vainilla
“El éxito de Canelitas ha sido un efecto bola de nieve que se lo debo a Dios y a las personas que confiaron en mí. Creo que las bendiciones sí existen y que todos tenemos la capacidad de sacarle el lado positivo a cualquier situación”
“Uso productos de primera calidad y trato de hacer que los jabones sean lo más naturales posible. Por ejemplo, les pongo cacao en polvo, ralladura de coco, manzana verde y avena, entre otras cosas”
Información: @canelitasvenezuela