El Deportivo Táchira completó un debut para el olvido en la Copa Libertadores 2015, después de ser presa fácil del Racing de Avellaneda –campeón del fútbol argentino- y encajar una goleada de escándalo por 0-5 en el estadio Pueblo Nuevo de San Cristóbal, al comienzo de las acciones correspondientes al grupo 8.
Así las cosas, el conjunto aurinegro pasó del cielo al infierno, de la euforia y el optimismo que generó la exhibición de jerarquía y contundencia facturada en la llave previa frente a Cerro Porteño, a la desazón y desconsuelo por firmar una de las actuaciones más pobres que se recuerden de un elenco venezolano a nivel continental en los últimos tiempos.
La oncena dirigida por Daniel Farías no fue rival, en lo absoluto, para el equipo argentino. Ni siquiera por tener mayor ritmo de juego –en apenas llevan una fecha del campeonato- ni por enfrentar a un rival que acumulaba diez horas de vuelo desde su país a San Cristóbal, pudo imponer superioridad o al menos dar la pelea.
Racing le dio un verdadero baile al Táchira, fue un equipo que derrochó virtudes en el estadio de la capital aurinegra, pero que también se dio banquete frente a un conjunto atigrado de defensa muy floja, permisiva y desordenada. Ni presionaba, ni pegaba. Total libertad ofreció Táchira con una propuesta muy timorata y el visitante, de mucha categoría, aprovechó para sellar una contundente victoria.
De aquel conjunto aguerrido, corajudo, que se repuso de un par de golpes para sacar de carrera a Cerro Porteño, ni la sombra. No hubo rastros.
Táchira, ante su público, en su campo, salió con su once de gala, con el atacante Gelmin Rivas a la cabeza, más el uruguayo Pablo Olivera, los desequilibrantes y talentosos Yohandry Orozco y César “Maestrico” González, más el rejuvenecido Jorge “Zurdo” Rojas. En fin, todo su arsenal para inquietar al club argentino.
Pero fue poco lo que pudieron hacer. Racing fue una tromba, no dio treguas y le sacó provecho a su presión en tres cuartos de cancha que obligaba al pelotazo. La pelota no pasaba por los pies de los talentosos y se diluían todas las posibilidades.
Racing aprovechaba su presión para robar el balón y tratar de hacer daño. Al minuto 21 consiguió el gol que le dio ventaja y llenó de desesperación a los aurinegros. Fue una definición a taco de Luciano Lollo. Y en el mismo primer tiempo, minuto 39, vino un segundo tanto que fue un golpe letal para el aurinegro, en ese caso marcado por Gustavo Bou, autor de tres dianas en la noche.
Quedaba todo el tiempo para la remontada, pero Táchira no estaba en su noche y, en cambio, vinieron otras tres anotaciones argentinas: Bou al 52, Diego Milito al 55 y otra vez Boual 68. tan mal le fue a Táchira que “Zurdo” Rojas botó un penal para lograr la honra.
Táchira visita el martes a Sporting Cristal de Perú.
