El amor es el asunto eterno de la poesía, para la ciencia y la filosofía siempre aparece rodeado de mitos y símbolos que apenas consienten salga de las penumbras que le rodean. Para quien no es psicólogo hacerle un análisis al amor no es fácil, porque el corazón humano es un laberinto enmarañado en la serie de sentimientos que alberga.
En el umbral de las lunas hoy tiene cita el amor para celebrar otro año de San Valentín. Escritores y poetas darán rienda suelta a sus liras esta noche, con la grata compañía de un claro de luna espectacular.
Amor llama tenaz, ingénita escondida que todo lo arrasa o lo eleva, es alegría, es dolor, es vida, es palabra que duele y que alegra; es el sentimiento que en el espacio del corazón ocupa como el día toda la luz del universo.
De la misma manera como se cuida y se quiere la salud, la figura, el trabajo y el dinero, la pareja necesita amor, atención, cuidado, mantener viva la chispa, el detalle y el humor. Es esta la mejor manera de llegar a viejos amados, acompañados y siempre calientica la cobija. El éxito de las parejas está en caminar juntos en la misma dirección, respetando siempre el espacio y manera de ser y de pensar del otro. La indiferencia, el egoísmo, la opresión, el engaño, la falta de confianza, de comprensión, de atención y de respeto son segura sepultura del amor.
Lleguemos, pero lleguemos juntos,
Compartamos este cielo,
El mismo que saborearemos.
No importa lo espantoso del camino,
No vamos a temer por los fríos inviernos,
Nos sabremos defender”. (Parte del poema: Caminemos juntos de Mauricio Victoria N.)
Bajo el ardoroso sol del verano el amor vive su tiempo de siembra hasta que caen sus hojas y se va como se va el otoño por el roto tragaluz.
Nada es eterno, el amor con sus excepciones, tiene el momento en el que la pasión disminuye, busca su reposo y se aleja en el tiempo. Citas, palabras, cartas, te quiero, y promesas se pierden en el olvido.
Del amor harán hoy los poetas la fiesta de las fiestas desde el sonoro pedernal del día hasta el silencio de la sublime noche. Tienen el ingenio, la pluma encantada, saben poner nombres sobre pétalos o marcarlos en lo profundo de las grutas. Han pasado por viajes, por pruebas, por adioses y alegrías, conocen el lenguaje de los juramentos y las mentiras, han saboreado las amarguras, las delicias del placer, saben lubricar el óxido al viejo tiempo que se estanca como rama seca en el casco de un navío abandonado, ellos trabajan esparciendo adioses, pueden suturar heridas al corazón del viento, componen al afecto y a sus celdas, satirizan las costumbres en sonetos irónicos; de vez en cuando asoma el demonio meneando su cola por entre sus más excitados versos, saben convertir la piel en geografía, rompen ataduras, buscan alimento para sus obras en la génesis de la tragedia humana, tienen buen manejo del lenguaje. En sus escritos literarios abunda el culto al epíteto. Luchan a brazo partido con las palabras, con los sonetos, la rima, la sin rima, la prosa y la metáfora.
Escritores y poetas siempre andan rondando, acechando, buscando motivos, inspiraciones, soñando, dejando rosas, enseñanzas y también sus espinitas. Llegan, te enamoran y se alejan sin tocarte. Como agua de cascada no son dueños de nada, pasan, viven y no se detienen, no vuelven ni regresan porque son infinitamente libres.
Feliz día del amor.