Estados Unidos calificó este viernes de «ridículas» las acusaciones esgrimidas por el presidente Nicolás Maduro, quien anunció el desmantelamiento de un atentado golpista dirigido «desde Washington».
«Estas últimas acusaciones, como otras anteriores acusaciones similares, son ridículas», dijo la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki.
En una respuesta que ha sido frecuente en los últimos meses, Psaki insistió en que «muchas veces» el gobierno venezolano «intenta distraer de sus propias acciones culpando a Estados Unidos y otros miembros de la comunidad internacional de sucesos en Venezuela».
«Estos esfuerzos reflejan una falta de seriedad de parte del gobierno venezolano para atender la grave situación que enfrenta», añadió la portavoz, en referencia a la profunda crisis económica que atraviesa Venezuela.