El pasado domingo 8 de febrero, falleció a sus 104 años de edad, la Niña Engracia, reconocida artesana culinaria de El Tocuyo, quien elaboraba famosas acemitas, pan de horno, pan de Tunja, entre otros dulces.
Según registros de EL IMPULSO, Engracia Pastora Pérez Yépez nació en 1910. Paradójicamente a sus 20 años, producto de una disípela, el médico tratante la desahució y le dijo a su hermano que no creía que viviera muchos años más.
Nació en el caserío El Cerrito, en la vía a Los Boros y a Curarigua, donde los primeros pobladores y luego los afroamericanos dieron cuna a una inmensa expresión cultural.
Sus padres, un humilde agricultor, Martín Pérez, su madre Aquilina Yépez, a la que perdió a muy temprana edad. El nombre de la niña deriva de esta circunstancia: nunca se casó.
Debido a su dominio en la cocina, se dedicó a elaborar los panes tradicionales. Sus primeros intentos fueron un fracaso, las acemitas no cuajaban, hasta que Panchita de Suárez le enseñó este arte al que se dedicó hasta 1985, cuando su primo segundo Ramón Pérez Yépez, casi que por las fuerzas, la jubiló a sus 75 años.
Vivió en el barrio Los Hornos, en la carrera 13 entre 8 y 9, casa que construyó con su propio trabajo y el apoyo de sus primos.
Una vez le preguntaron: ¿cómo le gustaría que la recordaran?, la niña respondió: “como alguien que simplemente trabajó toda su vida, con humildad y amor, cuidando una de las tradiciones más importante de los tocuyanos”.