La oleada de la crisis económica también golpea a las casas de cuidado de ancianos, donde la escasez de pañales y medicamentos se ha convertido en una odisea para trabajadores y familiares, quienes deben ingeniárselas con métodos alternativos para cuidar de la salud de los residentes.
Además de los achaques naturales de la edad, actualmente los abuelitos deben sufrir algunos inconvenientes alimenticios, higiénicos y de salud a causa de estos problemas.
En el hogar Sagrado Corazón de Jesús, ocho de las 95 personas de la tercera edad recluidas utilizan diariamente pañales para adultos, los cuales están desaparecidos de los anaqueles de los comercios.
La Hermana Hermelinda Montesinos, directora del centro, informó que cuentan con limitadas reservas del producto para las siguientes semanas. También se han reducido considerablemente el número de donaciones.
En tal sentido han optado por la utilización de centros de cama como pañales, ajustándolos a la cadera de la persona con ayuda de cinta adhesiva.
Sin embargo, esta medida de contingencia tiene sus consecuencias, pues no cuenta con la misma cobertura de absorción que tiene un pañal común.
“De un año para acá las donaciones se han reducido por la escasez del producto. Los familiares llegan con algunos pañales pero no son suficientes (…) Algunos trabajadores planificamos ir en conjunto a los comercios pero apenas nos venden dos paquetes por persona”, relató.
Medicamentos: otro dolor de cabeza
La desaparición de hipertensivos es preocupante en la casa de cuidado, puesto que varios residentes están sometidos al tratamiento diario para el control de la tensión arterial.
También, los medicamentos para diabéticos, indispensables para el control de la glucosa en las personas.
Requieren productos alimenticios
Tal y como sucede en los hogares venezolanos, el centro no cuenta con algunos productos de la cesta básica.
La leche es primordial para la nutrición de los ancianos. Cada mañana necesitan ocho litros para satisfacer las necesidades de todos. En ocasiones no cuentan con los suficientes paquetes para abastecer la casa de cuidado.
También otros rubros como harina de maíz, pollo, avena, papel higiénico y jabón de baño.
Algunas empresas privadas como Molinos Nacionales y Empresas Polar realizan algunas donaciones; caso contrario a los comercios estatales como Mercal y Pdval, que dejaron de proveer a la institución desde hace algún tiempo. El hogar hace un llamado a los organismos del Estado para que retomen sus importantes aportes.
Cualquier ciudadano que desee colaborar en el centro, puede ubicarlo en la avenida Libertador al frente de Funrevi o comunicarse al teléfono 0251 – 2514731.