Este miércoles Cabudare amaneció convulso: se corrió el rumor que a una cadena de farmacias y otros comercios asiáticos había llegado pañales, papel sanitario, champú, jabón de tocador y en polvo.
A las 6:00 de la mañana ya se apreciaban grandes e interminables colas a las afueras de estos establecimientos comerciales.
Necesidad con cara de perro
A Rolando Esser, quien llegó a un establecimiento a las siete en punto, un Guardia Nacional le marcó la mano con el número 392, lo cual le indicaba que tenía por delante 391 personas, casi todas mujeres con niños en brazos y embarazadas.
Comentó que se enteró del arribo de la mercancía ya citada, a través de las redes sociales, “y como me estoy bañando con jabón azul y tampoco tengo para lavar la ropa, me aventuré a hacer la cola. La necesidad tiene cara de perro”, señaló con humor al tiempo que otras personas aportaban que las colas son cada vez más humillantes y más extenuantes.
Los niños también sufren
Pero para muchas madres los más penados son los niños, quienes deben padecer los rigores de la intemperie.
“Los niños deben hacer la cola para verificar con la partida de nacimiento y la cédula de la madre la autenticidad”, respondió un empleado de un comercio asiático en el centro de Cabudare.
En las aceras, paredes, muros, y cualquier elemento, las extenuadas madres intentan descansar de la larga espera que significan las colas de más de 600 personas para comprar pañales, leche en polvo, fórmulas lactantes y otros artículos de aseo personal.
Ocultan las colas
En una farmacia de la avenida Intercomunal, dos guardias nacionales, amaneciendo el día, ya habían ordenado que las colas se formaran en la parte trasera de la tienda.
Rápidamente la fila sobrepasó el estacionamiento y bordeó la calle Santa Bárbara, hasta casi llegar hasta la avenida 1 de La Mata.
Para evitar desorden, los funcionarios castrenses delegaron a una mujer marcara a las personas y mantuviera la fila sin alteraciones.
En esta oportunidad la cola permaneció hasta pasado el mediodía. La gente permaneció bajo el Sol mientras los niños, ancianos y mujeres en estado, se guarecieron bajo los árboles.
