Pese a la existencia de disposiciones municipales y nacionales que lo impiden, cada semana crece la cantidad de barriadas marginales, constituidas por ranchos, que surgen en las inmediaciones de vías principales de la entidad.
En Barquisimeto, las zonas más apetecidas por quienes se establecen en esas comunidades humildes son la Circunvalación Norte y la avenida Florencio Jiménez.
En cada una de ellas, de la noche a la mañana, sobre todo en fines de semana, la proliferación de ranchos con paredes y techos de madera, cartón o cinc ya se ha hecho algo común.
Los encargados de dirigir la toma, primero colocan bien visible una Bandera Nacional y dos afiches del desaparecido presidente Chávez y de Nicolás Maduro, y en algunas oportunidades un cartón con un letrero: “Terreno resguardado”.
“Es que para uno conseguir una casa hoy en día es imposible y por eso tenemos que invadir y levantar un rancho pa’ meternos con los hijos porque ya no cabemos en la casa de nuestros padres”, dijo una joven frente al terreno donde estaba comenzando a construir su casa, en la Florencio Jiménez.
Todos confían en que, una vez establecida la barriada, muchas veces con nombres de políticos en el gobierno, municipal, regional o nacional, de turno, pueden reclamar servicios públicos, como agua, electricidad, cloacas y hasta títulos de propiedad de las parcelas ocupadas.
Y no temen lleguen los dueños del terreno y los saquen con la policía o la Guardia Nacional?.
“Una está expuesta a eso, pero tenemos que insistir porque la necesidad de una vivienda es mucha”, respondió.
Pero, de acuerdo a investigaciones, en esas tomas participan personas no necesitadas de casas, por ya poseerlas, los llamados comerciantes de ranchos.
Eso puede confirmarse con visitar alguna de esas barriadas, como la denominada Villa Esperanza, en el kilómetro 15 de la intercomunal Florencio Jiménez, donde en plena entrada existen tres ranchos con letreros de: “Se vende”.
En algunos casos los consejos comunales que se constituyen se convierten en vigilantes para impedir que las invasiones sean aprovechadas por algunos o algunas para lucrarse a costa de familias necesitadas.
En la Circunvalación Norte, cerca del puesto de tránsito inmediato a la Eligio Macías Mujica, a pesar de que en anteriores oportunidades, autoridades municipales hicieron cumplir la ordenanza que prohíbe las construcciones a cierta distancia de corredores viales, cada semana surge una nueva comunidad conformada por precarias viviendas cuyas familias consideran un derecho se les dote de los más elementales servicios públicos, en especial agua, electricidad y red de cloacas.
“Ranchos de engorde”
Para la concejal Oly Mendoza, las invasiones de tierras para construir ranchos obedecen al fracaso de la Misión Vivienda y la necesidad de muchas familias de un hogar, aunque también están los vividores que invaden para lucrarse.
“Son personas que construyen ranchos para el engorde, que después venden a quienes en verdad los necesitan”, expresa.
La edil, cuyo campo de acción está en la parroquia Concepción, considera necesario rescatar el PDUL y algunas ordenanzas para hacer de Barquisimeto una ciudad planificada, que se respeten las zonas protectoras y la propiedad privada.
Igualmente estima necesario que la municipalidad cree el banco de tierras para saber las que tiene.
