Cuando unas personas se disponían, ayer a las seis de la mañana, a practicar ejercicios dentro de la cancha deportiva Ayacucho, ubicada en la carrera 13C con calle 45, vieron que estaban dos bolsas negras y al parecer, unos cuerpos sin vida. Sospecharon lo peor.
Al acercarse, a unos cinco pasos de la entrada, se percataron que efectivamente se trataba de dos cadáveres. Sorprendidos por el hallazgo, dieron parte a las autoridades.
El primero de los cuerpos sin vida estaba junto a una de las paredes, boca arriba. A un metro y medio se encontraba el otro, también boca arriba y con signos de golpes.
Ambos estaban amordazados con una tela blanca y maniatados con unos cordones negros que iban desde los pies hasta las manos. Los dos presentaron heridas de proyectil en la región temporal.
El primer cadáver respondía en vida al nombre de Samuel David Suárez Rodríguez, de 26 años, quien tenía tres registros policiales por abuso sexual, sustancias sicotrópicas y estupefacientes y resistencia a la autoridad.
Además practicaba karate, habilidades que le permitieron combatir hace 15 días, en la avenida Libertador, con unos uniformados que intentaron detenerlo pero logró escaparse.
El segundo aún no ha sido identificado pero en su mano izquierda llevaba una pulsera de color fucsia y los ojos con signos de golpes.
Ninguno de los dos fueron reconocidos por los vecinos de la zona, pero se supo de manera extraoficial que Suárez Rodríguez residía en El Malecón.
Al sitio del suceso, se apersonaron los funcionarios del Eje de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de Lara, quienes al retirar las bolsas negras, se percataron que los cadáveres estaban en boxer y el primero de ellos con moretones en la pierna derecha. También hizo acto de presencia la fiscal primera por delito común del Ministerio Público, Alejandra Balbas, quien encabezará las averiguaciones.
Hasta ahora se presume, se trate de un ajuste de cuentas. En la escena del crimen había un casquillo de proyectil nueve milímetros, el cual se presume fue disparado a las cuatro de la mañana, cuando un habitante de la zona escuchó una detonación. Es el cuarto doble homicidio de 2015.
Delincuencia desbordada
Vecinos del sector aseguraron que “se ha vuelto Las Sábilas II. Esto está muy peligroso, la semana pasada hubo un enfrentamiento donde mataron a tres y ahora esto”.
Indicaron que deben encerrarse en sus casas máximo a las seis de la tarde, pues al frente de la cancha queda el Centro de Tratamiento Nilda Lucrecia, donde los penados cumplen régimen de trabajo.
“Se les ve traficar droga y los delincuentes llegan a toda hora. Hay bandas que roban a mano armada y hurtan carros”, comentó una mujer quien no se identificó, por miedo a represalias.
De igual manera acotó que el sector es muy oscuro. “La cancha es la única iluminada donde se la pasan los muchachos jugando futbolito, baloncesto y voleibol hasta las 11:00 p.m., cuando apagan los bombillos”.
La dama se encontraba nerviosa al declarar, pues a su alrededor estaban cientos de curiosos observando a los funcionarios hacer el levantamiento del cadáver y temía que alguien la escuchara al decir que el consejo comunal del sector no ha hecho nada.
“Lo único que consiguieron es que la cancha la rehabilitara la gobernación y ahora que la alcaldía tape los huecos”. Según ella, han ido en varias oportunidades a la sede de Corpoelec para que les coloquen el alumbrado pero hasta ahora, no ha sido posible los ayuden con sus peticiones.
