El nuevo gobierno radical griego indicó el miércoles que la nación revertirá o revocará una serie de medidas presupuestarias que las naciones de la eurozona le exigieron a cambio de préstamos de rescate financiero.
La medida provocó preocupaciones por un posible enfrentamiento con los países de la eurozona cuyos préstamos impiden la quiebra de Grecia. Las cotizaciones de acciones y bonos cayeron en el país.
El primer ministro izquierdista Alexis Tsiparas calificó los compromisos de rescate firmados por el país de «aplastantes e imposibles», mientras su ministro de finanzas dijo que los acuerdos de rescate fueron «un error venenoso».
Los gobiernos anteriores se habían comprometido a obtener superávits presupuestarios que no afectaran el pago de los compromisos de las deudas para hacer más sostenible la adquisición de préstamos.
Pero el partido Syriza, de Tsipras, que obtuvo una victoria contundente en las elecciones del domingo con la promesa de revisar los compromisos adquiridos, dijo que no eran realistas. En vez de usar el dinero para pagar las deudas, dijo que se usaría para apuntalar la economía.
«Este es un gobierno de salvación nacional con una tarea muy difícil», afirmó Tsipras en su primera reunión de gabinete. «Queremos negociar la reducción de la deuda y el fin de las condiciones de una austeridad asfixiante».
En Bruselas, Jyrki Katainen, vicepresidente de la Comisión Ejecutiva de la Unión Europea, enfatizó que se espera que las autoridades griegas «cumplan con todo lo que han prometido».
«La Comisión debe tratar a todos los gobiernos de manera similar», afirmó. «No cambiamos nuestras políticas según las elecciones».
El nuevo gobierno, dijo Tsipras, busca «propuestas realistas» para lograr flexibilidad en el manejo de los enormes rescates financieros y lidiar a la vez con la «crisis humanitaria» del desempleo masivo y la pobreza creciente.