Entre los anuncios económicos hechos por el Presidente de la República ante la Asamblea Nacional, Ecoanalítica considera como diametralmente negativo mantener la tasa de cambio de 6,30 Bs/$, por cuanto estiman que es tan absurda como la del tipo de cambio en el mercado paralelo, y solo sirve para incrementar la brecha cambiaria y los incentivos perversos del control de cambios.
Entienden que por temor de que la inflación se “desborde” y con el afán de mantener los subsidios en un año electoral, el Gobierno se ha negado a ajustar esta tasa, sin embargo, en vista de que el grueso de las divisas del mercado cambiario nacional se liquidan a Bs. 6,30 /$, el mantenimiento de esta compromete el flujo de caja de Pdvsa.
Otro factor negativo es la poca información en torno a como quedará la unificación del Sicad, cuál tasa registrá este nuevo sistema y cuáles sectores serán atendidos en este mecanismo, lo que agrava la sensación de incertidumbre.
En Ecoanalítica opinan que mientras no se practique la disciplina fiscal es imposible mantener la estabilidad en estos mecanismos: el financiamiento monetario del BCV a Pdvsa, aumenta los bolívares en circulación, presiona la inflación y el tipo de cambio paralelo, y así una y otra vez. En todo caso, ratifican que para el Ejecutivo sigue privando lo político sobre lo económico y en un año electoral “vemos remota la posibilidad de que el gasto se reduzca”.
Respaldan un ajuste en el precio de la gasolina, indicando que debería ubicarse en un nivel que cubra los costos, es decir 2,7 por litro, recomendando un uso adecuado de los recursos que genere el ajuste.
Estima Ecoanalítica que el ajuste debió estar orientado a cuatro áreas claves de la economía: fiscal, cambiaria, precios y política social.
En el frente fiscal, se deben tomar medidas destinadas a reducir el déficit y detener el financiamiento monetario.
En materia cambiaria, es perentorio hacer esfuerzos para reducir la brecha entre las tasas de cambio.
El desmontaje de los controles de precios es vital para atacar los problemas de la escasez y el desabastecimiento.
Para mitigar los impactos en los sectores vulnerables, hay que diseñar subsidios directos a las familias.