Kaputt

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“Cuando los alemanes se asustan, cuando ese misterioso miedo alemán comienza a moverse lentamente bajo sus huesos, siempre despiertan especial horror y compasión. Su apariencia es miserable, su crueldad es triste, su coraje silencioso y desesperado”.

Curzio Malaparte relata de manera magistral en su novela Kaputt los estertores de la segunda guerra mundial, cuando ya los alemanes se sentían claramente derrotados y sus actitudes trocaron de la soberbia altanera al miedo silencioso y evasivo frente al desastre que ellos mismos habían creado.

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Y es que el ambiente de lo terminal, de lo fracasado, de lo echado a perder, es realmente patético para quienes de Amos del Poder se convierten en futuras presas de sus propias víctimas. El tormento mayor de quienes se ubican en la diana de los tiempos de cacería por venir es que sus temores les llevan a desconfiar hasta de sus más allegados compañeros y sienten que la traición y la deslealtad les ahogaran con su inmundicia antes de llegar la espada vengadora de los procesos históricos.

Para José Gerardo Mendoza estamos inmersos en un tiempo Kaputt. El buen amigo es un barítono del optimismo y busca con sus artículos semanales darle fuerza a la esperanza y al espíritu unitario y constructivo. Nos dice que desde hace años le quita tiempo a sus negocios para dedicárselo a la lectura y otras actividades culturales. ”Yo creo en el ser humano y por ello mi lucha es para que todos vivamos mejor, tanto en el aspecto económico como en el espiritual. Con  mi trabajo busco crear empresas productivas y con mis escritos intento inyectarle animo y fe a mis lectores”.

Esta actitud de José Gerardo contiene un valor que es imprescindible promover enfrentados como estamos a torbellinos políticos, económicos y sociales, sobre los cuales hay que tener un dominio emocional que nos permita ejercer la tolerancia en medio de los sentimientos volcánicos que empujan la encrucijada histórica que vivimos.

Al igual que indicaba José Eustacio Rivera, en La Vorágine, que Colombia había entrado en la violencia y que esta violencia la había devorado, nosotros, que somos el mismo mestizaje y de la misma condición telúrica, también hemos entrado a un laberinto de violencia del cual es obligatorio salir por la puerta del entendimiento y el dialogo constructivo. Un diálogo que no venga impuesto por dirigentes que solamente buscan abrirse espacios candidaturales sino que nazca de las instancias de intermediación del individuo con el Estado y el resto de la Sociedad.

Ese diálogo que desde hace años ha venido promoviendo y defendiendo la Red de Instituciones Larenses, dentro de la cual José Gerardo es figura destacada, junto a Lino Palencia, Gerardo Álvarez, Nancy Rodríguez, Gisela Ruiz, Nelson Campos, Raúl Azparren, Beatriz de Lozada, Alberto Gallegos, para nombrar solamente algunas de las personas que unidas conforman una pléyade de larenses honorables y vocacionados a la lucha nacionalista y la defensa de un sistema de vida centrado en la Democracia y sus valores de libertad emprendedora.

Kaputt. Llegamos al llegadero. Elevémonos sobre la roca de la sabiduría para no naufragar en las aguas del rio crecido que se nos viene encima. Dios nos ilumine.

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