Desde el primer ministro a la gente de a pie, los japoneses respondieron el domingo con conmoción al video que presuntamente muestra la muerte de uno de los dos rehenes en manos del grupo extremista Estado Islámico.
Con la atención nacional centrada en los esfuerzos para salvar al otro rehén, el periodista de 47 años Kenji Goto, algunos criticaron la apuesta del primer ministro, Shinzo Abe, para un Japón más contundente como la responsable de la crisis de rehenes.
Un sombrío Abe apareció en la cadena pública japonesa NHK a primera hora del domingo pidiendo a la milicia la liberación de Goto ileso. Dijo que probablemente el último video era autentico, aunque añadió que el gobierno sigue estudiándolo, y ofreció sus condolencias a la familia y amigos de Haruna Yukawa, un aventurero de 42 años que fue capturado el año pasado en Siria.
Declinó comentar el mensaje incluido en la grabación, en el que se pedía un intercambio de prisioneros a cambio de Goto. Solo dijo que el gobierno seguía trabajando en el tema, y reiteró que Japón condena el terrorismo.
«Me he quedado sin palabras», dijo, subrayando que quiere que Goto quede en libertad ileso. «Condenamos total y de forma contundente estos actos».
El padre de Yukawa, Shoichi, dijo que «en el fondo de su corazón» esperaba que la noticia del asesinato de su hijo no fuese cierta.
«Si alguna vez me reúno con él, solo quiero darle un gran abrazo», dijo.
Patrick Ventrell, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, dijo que funcionarios estadounidenses de inteligencia estaban trabajando también para confirmar la autenticidad de la grabación.