La oposición tiene por delante ineludibles desafíos que sigue sin asumir ni concretar. Si realmente desea sacarle partido al Gobierno ante la crisis social y económica que padecemos, no puede apostarle a uniones abstractas, partidistas o individualistas. La verdadera unidad sigue siendo una materia pendiente.
Al consultarle al politólogo Germán Aponte cuáles son los retos de la oposición en medio de la polarización, la inestabilidad económica y las elecciones parlamentarias, expresó sin duda, que la unidad es un factor determinante.
“El reto de la oposición no es otro que unificar la unidad y los criterios que sustentarán esa unidad, desde el punto de vista político y económico. Debe partir de ahí”, acotó. Actualmente, dijo, existen varias visiones en torno a la lucha política. Unos creen en las elecciones parlamentarias, otros consideran la Constituyente y otros insisten en una salida radical.
“La oposición tiene que evaluar cuál es el camino para conquistar el poder político. Ese es su reto principal”.
Aponte señaló que aunque la figura del presidente Nicolás Maduro y su partido estén en franco deterioro, cayendo unos 20 puntos según los distintos sondeos de opinión, no significa necesariamente una ventaja para la oposición. Pese a que un sector de la sociedad, entre un 35% y 40%, se identifique con los antagonistas.
“Mientras que la unidad no consolide su criterio de lucha, la gente no respaldará unánimemente ninguna visión política. Ese deterioro del Gobierno no se traspola a la Mesa de la Unidad Democrática. Sin duda, el ejercicio del Ejecutivo nacional está cada día más deteriorado; se ha basado en una política clientelar que en esta crisis económica se aprecia sumamente afectado porque no tiene cómo satisfacer las necesidades de tantos clientes”.
Presentar propuestas concretas al país, es otro de los compromisos de la oposición según el politólogo.
A su juicio, los líderes opositores señalan día tras día todas las deficiencias del Gobierno, pero no terminan de concretar qué harán al respecto.
“La oposición tiene que proponer soluciones, transformarse y presentar una alternativa de Gobierno distinta al oficialismo. Si eso se logra, la gente verá a la oposición como una opción por la cual valdrá la pena votar”.
Aponte destacó que la oposición no quiere atajos ni quebrantar los principios democráticos, argumentos que deben prevalecer. No por ello puede abandonar la calle ni el aporte de soluciones concretas a los problemas de la gente.
“Hasta ahora ningún dirigente de oposición ha llamado a la calle de manera violenta, pero sí es importante activarse de manera pacífica. Hay que presentar alternativas, una buena estructura política ante las parlamentarias y acompañar a la gente. Si la oposición actúa así, pudiera tener éxito”, sostiene el analista político.
Por otra parte, recordó que la oposición no tiene medios para transmitir su mensaje, por lo cual recurre a las redes sociales.
“Es importante que esos líderes estén con la gente en la cola, presente soluciones y explique el porqué de la crisis. El pueblo sólo está viendo la versión oficial. Para contrarrestar eso, hay que buscar las maneras y una de ellas es no abandonar a los venezolanos en sus problemas”.
Polarización latente
Pese a la crisis, la polarización todavía está latente, precisó el docente.
Por lo tanto, otro desafío de la oposición es apropiarse de un discurso conciliador y evitar caer en mensajes que acentúen las fricciones. Su misión es atraer a esos sectores oficialistas que hoy evidentemente están descontentos.
Respecto a los anuncios hechos por el presidente Nicolás Maduro, el entrevistado apuntó que el pueblo se quedó esperando las medidas económicas.
“Sus anuncios dejan mucho qué desear porque muy hábilmente el Gobierno revelará esas medidas, según vayan ocurriendo las cosas desde el punto de vista político. La situación económica no soporta más cálculos ni cuentos. No es momento de soluciones a largo plazo. Todos nos preguntamos de dónde sacará el Gobierno dinero para costear el aumento del 15%, las becas y las misiones”.
Mencionó que el sector económico sólo espera que se genere confianza y lamentablemente, el discurso de Maduro no se acercó a esa posibilidad.
El Presidente tampoco especificó cómo se abordará ese sistema cambiario de tres mercados.
“Quien va a importar no sabe a qué dólar lo hará y los viajeros desconocen a qué precio comprarán los dólares. Esos anuncios sólo generarán mayor impresión de dinero inorgánico y un impacto inflacionario muchísimo mayor al que estamos sujetos actualmente”.
No se encuentran ni dialogan
Para Andrés Cañizález, profesor de la Universidad Católica Andrés Bello, la oposición tiene que reiterarle a la sociedad la gravedad de la crisis.
“Para nadie es un secreto que estamos en medio de una crisis, la gente lo vive. Sin embargo, el discurso del Gobierno, con dominio de los medios radioeléctricos, hace ver la realidad como algo que no es tan grave o que la responsabilidad es de otro”.
En primer lugar, la oposición tiene que comunicarle al país la gravedad de la crisis y la responsabilidad que tiene el Gobierno, valerse de medios alternativos para llegarle a la sociedad. Segundo, debe trazar una estrategia en común y tercero, proyectar que las parlamentarias representan una válvula de escape, el inicio del cambio para que la población quiera votar.
“La Asamblea no va a significar de inmediato un cambio político, pero si la oposición se posiciona con éxito en el Parlamento, será el principio del cambio”.
El doctor en Ciencias Políticas sostiene que la caída de la popularidad de Maduro, no significa que la gente apoye determinada alternativa.
“En este momento el chavismo descontento no se compagina con un liderazgo alternativo y eso es grave porque de no enfrentar esta situación a la brevedad, nos econtraríamos frente a un escenario electoral de alta abstención”. El investigador insistió en que el mensaje de la oposición debe ser contundente, unísono, permanente.
“No existe otro responsable. El Gobierno ha controlado los distintos factores de la economía, ha expropiado empresas, controlado las divisas. Este Gobierno ha intervenido todos los ámbitos de la economía y de allí las consecuencias”.
La oposición, por ejemplo, tiene que desnudar la realidad, encontrar la manera y mostrar en qué situación se encuentran las fincas e industrias expropiadas.
“Esta crisis no es al azar, por lo cual la oposición debe transmitir un mensaje claro, gráfico y pedagógico”.
Cañizález destacó que el grave problema de la oposición es pensar que se alcanzará una salida de forma individual. Maduro se ha debilitado pero falta unidad para lograr el cambio.
“Ni siquiera existe una foto en común de los líderes políticos que aspiran un cambio porque sencillamente no se encuentran ni dialogan. Tiene que existir una profunda unidad, un frente común que se mantenga en el tiempo, por lo menos hasta alcanzar el cambio político”.
Definitivamente, los apetitos personales deben deponerse ante el propósito en juego, un cambio por la vía democrática.
Para el docente, el reciente discurso de Maduro estuvo dirigido a su base de apoyo. No fue un anuncio a toda la nación y en el cual se presentó como una víctima de la guerra económica y de agentes externos e internos.
Buena parte de los anuncios estuvieron dirigidos a ese sector desposeído, que sigue siendo pobre, pese a 15 años de bonanza petrolera, pero donde se concentra la base que todavía apoya al chavismo.
“Fue un discurso para sus militantes, para ratificar que aun en las peores circunstancias el Gobierno seguirá repartiendo lo que no tiene. Con el barril de petróleo reducido a 39$ no entendemos con qué capacidad se construirán 400 mil viviendas al año si cuando el petróleo estaba a 140$, lo máximo que se hizo en un año no alcanzó las 200 mil casas ”.
