La tarde de ayer fue especial para los quiboreños, porque acompañaron en procesión a su patrona, la Virgen de Altagracia.
Desde hace 133 años los pobladores cumplen con esta hermosa tradición que destaca por su sencillez y fervor mariano.
El lienzo sagrado que tiene 410 años, recorrió once cuadras. Partió a las 06:00 p.m. desde el Santuario La Ermita, de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, hasta la iglesia Nuestra Señora de Altagracia, donde arribó a las 09:00 de la noche.
La feligresía se mostró entusiasmada, pues la visita coincidía con la fecha del primer peregrinar que se efectuó el 23 de enero de 1882, por eso cuidaron todos los detalles de esta gran manifestación de fe, la más emblemática del municipio Jiménez. Para dar colorido a la celebración religiosa, los habitantes adornaron con globos, palmas y ramilletes de flores la Avenida Pedro León Torres, de esta manera honraron a la madre de Dios que iba en brazos de los cargadores, que expresaban con alegría “¡viva la Virgen, viva La Caimana!”
El transitar como de costumbre fue lento, pero estuvo armonizado por el ritmo de los salveros, los cantos de los grupos católicos juveniles, alabanzas y oraciones.
La parada en la Escuela Orlando Ramón Jiménez, fue uno de los momentos más emotivos; porque estudiantes y docentes regalaron tonadas de amor en el recibimiento. El coro que estuvo a cargo del profesor José Manuel León, interpretó varios temas católicos como el himno de la Virgen de Altagracia, Virgen de Amor y María Mírame.
Después de varios kilómetros llegó al santuario matriz, allí fue recibida por el sacerdote Havis Escalona y los creyentes que la esperaban con júbilo.
Una tarima fue dispuesta a pocos metros de la plaza para que la agrupación folklórica Arague, venerara a la excelsa patrona.
Cabe destacar, que el espléndido cuadro permanecerá en la parroquia hasta el mes de marzo, así lo informó Harry Lozada historiador de Quíbor.
La fe crece cada día
El Monseñor de Barquisimeto, Antonio López Castillo, quien ofició la misa solemne, antes de la caminata dijo “la Virgen nos acompaña en todas las dimensiones, por eso es importante demostrarle nuestra fe y amor”. Durante la homilía recordó a los presentes que María es el camino para llegar a Jesucristo, es modelo de fe, trabajo y prosperidad, y a través de ella podemos fortalecer la vida cristiana.
Pagaron sus promesas
Vestidos de ángeles y nazarenos el pueblo pagó sus promesas, algunos hicieron el sacrificio de caminar descalzos durante todo el camino.