Este miércoles no fue muy diferente a los días anteriores con respecto a las colas que se formaron en los alrededores de establecimientos comerciales en busca de artículos de la cesta básica que se encuentran desaparecidos.
Las aglomeraciones de personas en las sedes de Mercal o Pdval que hubo durante el fin de semana en esos establecimientos se trasladaron a algunos particulares.
Sólo se observaron grupos, aunque no tan numerosos, en el PDVAL de la avenida Los Horcones.
En el hipermercado de la redoma del Obelisco, el sector sur del estacionamiento estuvo durante la mañana copado prácticamente por mujeres y hombres que se habían enterado de la existencia de jabón para lavar, harina precocida de la marca más conocida y pasta con precio regulado.
“Estamos aquí desde la mañana temprano y a esta hora (11), estamos a punto de llegar. Ojalá que cuando lleguemos no se haya acabado el jabón o la harina, que es lo más necesario”, manifestó una señora en la fila que, afortunadamente, caminaba rápido.
Pero donde sí hubo una gran manifestación, desde prácticamente antes del amanecer, fue en la avenida Los Leones por la noticia de que en el supermercado ubicado en el centro comercial venderían pañales desechables.
Llegó un momento en el que se pensó iban a registrarse enfrentamientos entre algunos de los presentes ante reclamos de “coleo”, pero la calma retornaba a instancia de los otros angustiados compradores.
La aglomeración de desesperadas personas, en su mayoría mujeres, se prolongó hasta después del mediodía, cuando se les informó que el producto se había agotado.
“Yo perdí toda la mañana haciendo cola y aguantando sol y empujones para nada”, expresaba una joven con un niño en brazos, mientras observaba cómo otra se retiraba con una bolsa contentiva de cuatro pañales.
En ese sitio la presencia de uniformados de la Guardia Nacional debió ser redoblada para poder contener la avalancha de personas que intentaba llegar hasta el supermercado en busca de los desaparecidos pañales, necesarios.
Además de la multitud en la entrada al centro comercial en ambos lados había interminables colas de mujeres y hombres con pocas esperanzas de conseguir esos artículos, así como jabón o shampoo, aunque estaban decididos a esperar hasta el último minuto, confiando en la disposición de los encargados de atenderlos a todos.
Este miércoles no sólo había filas en esos dos grandes centros comerciales, pues desde la madrugada se pudieron observar en los establecimientos de una conocida cadena nacional de farmacias la presencia de personas esperando su apertura, aunque sin saber a ciencia cierta si iban a vender pañales, toallas, jabón de baño, para lavar, o shampoo.
Eso se pudo constatar en el del distribuidor Tarabana, en el de la avenida Pedro León Torres con 54 y en el de la carrera 19 con calle 31.
De cada uno de esos sitios se podía ver a compradores salir con pañales y toallas sanitarias y poco después del mediodía aún había cola en los dos últimos, pese a la pronta atención del personal.
Extraoficialmente se comentó que también la había en otros, como el de la avenida Lara o el de la Libertador.
En la carrera 19, entre 26 y 27, se corrió la voz de que en el establecimiento Marxiperfumería iban a vender pañales y la aglomeración no se hizo esperar.
Incluso, algunos transeúntes, al ver al grupo, se detenían y se metían a la cola mientras preguntaban, ¿qué están vendiendo aquí?.
No todos recibían respuestas concretas sino vagas, como, “yo no sé, yo vi la cola y me metí porque debe ser que van a vender algo, desodorante, shampoo, jabón, pañales, algo debe ser y por eso me quedé.”
Igualmente hubo público en dos abastos de chinos en la misma carrera 19 en los que vendían a puertas cerradas.
Para hoy se espera que las colas sean mayores pues, de acuerdo a “coleadores” profesionales, porque ya se han acostumbrado a hacerlas, los jueves llega mercancía a la mayoría de los automercados, e igualmente son surtidos los expendios de Mercal y Pdval.
De acuerdo a algunas amas de casas, las medidas que se han tomado contra los “bachaqueros” no dejan los resultados esperados, pues ellos siguen operando valiéndose de argucias o contando con la complicidad de algunos empleados de ciertos negocios a los que todas las semanas llegan los artículos que se encuentran desaparecidos de los anaqueles.
