«Presencia»
“La falla de nuestra época consiste en que sus hombres no quieren ser útiles sino importantes…
Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad.”
Sir Winston Churchill.
Estamos en momentos en los cuales se hace necesaria la altruista participación de todo aquel que quiera al país desinteresadamente; siguiendo el ejemplo de los ancestros que dieron sus vidas por la fundación y preservación de la República creando un sistema de gobierno amparado en la Constitución Nacional, las leyes y reglamentos erigidos por el espíritu, propósito y razón de legisladores probos.
El aumento de las expectativas económicas debido a la caída global de los precios del petróleo hace que las perspectivas sociales crezcan de manera exponencial puesto que la calidad de vida de los seres humanos depende de la fortaleza económica del país en el cual se habita.
La creciente disminución de oportunidades para los sectores de menor educación es un combustible altamente explosivo y lo será cada vez más y, está teniendo como consecuencia nefasta que progresivamente más jóvenes marginados están saltando los límites legales, armados y desinhibidos por las drogas, adentrándose en zonas residenciales y comerciales para asaltar, matar o secuestrar a cualquier ciudadano que parezca bien vestido o que lleve algún objeto brillante; alentados por la presunción de la impunidad desbocada.
Es imprescindible un acuerdo social entre el gobierno y el sector productivo integrado por empresarios, trabajadores y obreros.
Podríamos apostar a la apertura económica eliminando los obstáculos para la creación de nuevas unidades de producción, la desregularización de la industria de telecomunicaciones, cortes de impuestos individuales y corporativos, hacer fuertes inversiones en educación, capacitación e investigación. Se debe recortar el gasto público y bajar las tasas de impuestos para atraer las inversiones retornando la “Seguridad Jurídica a través de la Justicia Honesta”, para garantizar la propiedad; pura y simple, perfecta e irrevocable, y el retorno de la inversión del empresario; entendiendo como tal, al emprendedor propietario de un pequeño negocio; de una pulpería o de un kiosco para la venta de periódicos y revistas hasta los socios de grandes corporaciones. Todos generadores de empleos y creadores del circulante monetario necesario para la solidificación del ingreso individual, social y colectivo; esto, deberá estar acompañado con el apoyo a desarrollar la educación en carreras técnicas y no en la ideologización o el desfasado populismo. Así se recuperó Irlanda.
Si hablamos de unión e inclusión, a través de nuestras embajadas, podemos recuperar al inmenso capital social que ha migrado en busca de más y mejores oportunidades. Se dice que solamente de Pdvsa emigraron del país no menos de 22.000 técnicos desechados inmisericordemente, sin haber pensado siquiera cuánto costó su formación.
