Un inmenso hueco que obstaculiza el paso de busetas y vehículos particulares genera caos durante las horas pico en el encuentro de la calle cuatro de Pueblo Nuevo con la avenida Florencio Jiménez.
Por allí circulan entre ocho y diez líneas de ruta urbana, sumado a los rapiditos que transitan desde El Tostao hasta el centro de la ciudad, más las líneas extraurbanas, lo que convierte dicha artería vial en una de las de mayor densidad de la ciudad.
Sin embargo, esto no la limita de contar con huecos que afectan a conductores y peatones.
Habitantes de la zona se quejan de la situación en la capa asfáltica, ya que impide su incorporación a la avenida, sumado a que ha ocasionado choques y daños en los vehículos.
El amplio cráter ocupa gran parte de uno de los carriles del canal lento, por lo que los conductores que transitan por la avenida Florencio Jiménez, sentido oeste-este, se deben acunar a uno de los costados, impidiendo que otros transiten por allí.
Habitantes de Pueblo Nuevo, lamentan que la autoridad municipal no cumpla con su palabra, ni siquiera de tapar los huecos en las principales arterias viales de la ciudad, como fue prometido para la Feria del Asfalto, que inició el pasado mes de septiembre.
Otro hueco preocupante
En una misma manzana es sencillo encontrar varios huecos. Como el localizado en la avenida La Salle, a pocos metros de la intersección con la Florencio Jiménez, donde diariamente caen vehículos de todo tipo.
Es de destacar que por allí transita la línea alimentadora de Transbarca que conduce hacia La Carucieña, además de otras tantas unidades de transporte público.
Habitantes de Pueblo Nuevo, una de las barriadas más grandes de Juan de Villegas, comentan que las calles y carrera sufren el mismo mal.
Iluminación en la Florencio
Sumado a la crisis de la capa asfáltica, ciertos sectores de la avenida Florencio Jiménez, no cuentan con iluminación, lo cual representa un grave peligro para los vehículos, que por la limitación en la visibilidad, no tienen espacio para maniobrar, por lo que caen precipitadamente en los huecos.
De este mal tampoco escapan los peatones, que prefieren no caminar por allí, al caer la noche, puesto que pueden ser atracados en medio de la oscuridad.
No sólo piden se solucione el problema del asfalto e iluminación, sino que se controle el “malandraje” que mantiene azotados a los vecinos de la zona.