Las Sagradas Escrituras son una fuente inagotable de sabiduría. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento deberían ser leídos por todo el que desea llevar su vida sensata. Dentro de los varios libros en que está dividido el Antiguo Testamento, están los llamados Libros Sapienciales, así llamados por la rica sabiduría, experiencia, sensatez y buen juicio que transmiten a todo ser humano. Uno de esos libros Sapienciales es el Eclesiastés, cuyo comienzo recuerda, a fin de afinar la paciencia y el buen juicio del lector, que todo lo que se hace bajo el sol tiene su tiempo. “Hay tiempo de nacer y tiempo de morir, tiempo de plantar y tiempo de cosechar, tiempo de reír y tiempo de llorar, tiempo de guerra y tiempo de paz…..” No transcribiré todo su contenido, a él remito al lector.
De acertar el momento oportuno para hacer lo que debemos hacer, dependerá con toda probabilidad, que los resultados sean buenos o no. Si no acertamos el momento oportuno puede que enderecemos el entuerto en el camino, pero perderemos tiempo y esfuerzo. Si acertamos el momento oportuno, llegaremos a buen puerto. Hoy se habla mucho en Venezuela de que llegó la hora, este sí es el momento oportuno, el país entero está esperando una recta y recia conducción para pedir, sin ambages y sin titubeos, un cambio de gobierno que se hace impostergable. Yo no tengo la menor duda de que es así, llegó el momento oportuno para exigir ese cambio. Cambio pacífico,pero exigido con firmeza y determinación. Creo, además, que el momento es oportuno porque la cifra de venezolanos que desean ese cambio se aproxima a la unanimidad. Se le acabó el tiempo a este despropósito tan perverso que ha sido la denominada “revolución bolivariana”, cuyo éxito descansó casi exclusivamente en la engañosa aunque carismáticafigura del fallecido Chávez.
Insoportable hoy, la situación política, social y económica que sufre Venezuela. Se impone un cambio de rumbo drástico. Mientras se pide ese cambio, desde la más alta posición gubernamental oímos más bien, que se va a profundizar el modelo socialista que se ha venido imponiendo, con un gravedad adicional, el modelo socialista que se está imponiendo en el país es un modelo socialista tropicalizado, es decir, lleno de improvisación, corrupción, frivolidad, intolerancia, desidia, desinformación y engaño tras engaño, olvidadizo porque se empiezan obras y al poco tiempo ni el mismo gobierno las recuerda. Es un desgobierno total, absoluto y con visos de un totalitarismo asfixiante.
Y es momento oportuno también para una franca, absoluta y decidida unidad dentro de la oposición. Sería criminal que por apetencias o ambiciones personales y tontas vanidades, no pudiera articularse un movimiento de unidad claro, exitoso, que comience el restablecimiento de las instituciones, el progreso, la tolerancia, la paz, la democracia y la libertad perdidos en estos aciagos 16 años.