La luz es puntual y permanece en la fuente y en el área inmediata que se ilumina en torno a ella. Mientras esa fuente se mantenga iluminada, el área inmediata también mantiene su iluminación. Veamos como ejemplo el caso de la lámpara fluorescente. El fluorescente es una cámara tubular de vidrio cuyo interior contiene el gas que ha de iluminar los fotones de energía contenidos en él mediante la intervención de la energía eléctrica que le llega por el cable conductor. Sólo de esta manera es como se produce el fenómeno luminiscente. La luminiscencia no sólo se genera en el gas, fuente de contenido en la lámpara, sino que como se dejó dicho al comienzo, conjuntamente el área externa también se ilumina debido a la energía residual procedente de la lámpara, que en su desplazamiento por el área gaseosa atmosférica que rodea la lámpara, también la ilumina.
Este fenómeno explicado se produce de manera natural cuando la energía solar, procedente del Sol llega al amanecer del día a la atmósfera más externa de la Tierra. La luz del día como la luz del fluorescente también es puntual. Consideremos a la atmósfera de la Tierra como si fuese la masa de gas contenida en el fluorescente; y a la energía procedente del Sol como si fuese la energía eléctrica. La energía solar interviene la energía fotónica de los electrones de la atmósfera para generar la luminiscencia de los días. La atmósfera iluminada, sin rodeos, es también una luz puntual.
Queda suficientemente claro que la luz no se mueve. La que se desplaza a la velocidad atribuida a la luz es la energía. La energía eléctrica llega a las lámparas y a los bombillos por una red de cables que la conducen desde donde unas turbinas o motores la producen.
Como se deduce, la energía eléctrica funciona como funciona el fenómeno de la energía procedente del Sol: recorren largas distancias.
El Sol está a ciento cincuenta millones de kilómetros de la Tierra. El Sol produce energía, no luz. La energía solar gasta un poco más de ocho minutos para llegar a la Tierra. La energía procedente del Sol interviene la energía contenida en la atmósfera que es energía fotónica; es decir que activada por la energía solar se transforma en fotones de luz: iluminación.
James Clerk Maxwell a quien Einstein hace referencia en su teoría de la relatividad dice: “que las unidades de propagación de las ondas electromagnéticas lo llevo a la conclusión de que la velocidad de propagación eléctrica es numéricamente igual a la velocidad de propagación de la luz.” Queda demostrado que la velocidad es de la energía y que la luz se produce gracias a la intervención de la energía en la masa.
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