Familiares del niño de dos años y medio, arrollado el pasado viernes por un funcionario del Cuerpo de Policía del estado Lara, identificado como Jonathan Urbina, conocido como Manolencho, se apostaron desde ayer en la mañana en las afueras de los tribunales larenses a fin de no sólo exigir justicia por el caso, sino que lo manden a una cárcel, “como cualquier ciudadano. Que no tenga beneficios”, expresó la abuela materna del pequeño, Lorena Durán.
“Era mi único nieto y me lo quitó”, comentó entre lágrimas la mujer que está severamente afectada.
Con pancartas en manos y gritos a viva voz pedían que le caiga todo el peso de la ley, “aprovechamos para hacerle un llamado a Freddy Bernal, para que esto no quede impune, pues él está haciendo una revisión y reestructuración en las policías de todo el país”, replicó Ismary Durán, tía de la víctima.
La angustia e impotencia entre los parientes crece cada día que pasa. Ellos no tienen consuelo por la pérdida del infante, era su consentido.
“Él quería ir a la escuela a pesar de su corta edad. Le habíamos comprado un cuaderno y el año próximo lo íbamos a inscribir en el preescolar”; recordó la abuela paterna, Alicia Peroza.
“Tiene que pagar porque mató a un bebé (…) él estaba sentado con otro grupo de niños y los policías pasaron por encima de la acera, después lo llevaron al hospital y lo tiraron como un perro, de paso a la emergencia de adultos”.
La mujer aseguró que al momento del hecho, los uniformados se iban a dar a la fuga pero como los empezaron a gritar y se les atrevesaron, no lo hicieron.
“Denunciamos a la Gobernación porque con pagar el entierro no nos van a devolver la vida del niño, lo que queremos es justicia”, refutó la dama, enfurecida.
Ayer en la tarde, aún no se había llevado a cabo la audiencia de presentación.
