En el mayor estado de desidia, abandono y deterioro se encuentra la obra Espejos del Turbio que se encuentra en la avenida Ribereña.
Su pésima ubicación y sensibilidad los expone a la contaminación, la lluvia, sol y barro.
La galería a cielo abierto, contentiva de cinco murales, se encuentra en su peor estado debido a las filtraciones, la humedad y los desagües que se encuentran en el muro de contención.
Varias de las 8.000 cerámicas han cedido y otras tantas, se aprecian repletas de barro.
Es de mencionar que los murales fueron elaborados por reconocidos artistas plásticos de la región:
Armando Villalón, Héctor Rodríguez, Ramón Lizardi, Víctor Urdaneta y Sandra García en el año 2011.
La obra, según reseña el portal web cerámica-carabobo.com, fue elaborada en cerámica y plasma a lo largo de 1.600 metros de construcción, cinco propuestas creativas de los artistas plásticos larenses Armando Villalón, Héctor Rodríguez, Ramón Lizardi, Víctor Urdaneta y Sandra García.
“La técnica utilizada para la elaboración del mural Espejos del Turbio es única en Venezuela, realizada mediante una tecnología Inkjet, es decir, de una impresión de las pinturas de los artistas sobre cerámica en forma de mosaico para luego ser colocada a lo largo del muro de contención. Este mural fue mandado a realizar por el Gobierno del estado Lara en los hornos de la empresa Cerámicas Carabobo”, señala el texto.
Así como este patrimonio urbano, otras producciones artísticas se encuentran a la deriva.
Esculturas, pinturas y murales creados para humanizar la ciudad, revelan el paso del tiempo y la indiferencia de las autoridades.
Una obra de arte urbana atesora lo que hizo y expresó el autor en ese momento. Su discurso plástico hace referencia a una época.
El artista busca trascender a través de esa pieza que le deja a la ciudad.
EL IMPULSO reseñó en el trabajo Patrimonio artístico a la deriva (06-2014), que a partir de 2002, el Gobierno regional concibió el proyecto Museo a Cielo Abierto. Se dotó a la ciudad con aciertos y errores. Algunas obras extrañamente desaparecieron. Otras sobreviven en estado crítico.
Museo a Cielo Abierto dio lugar a un ensamblaje bidimensional en la plaza Macario Yépez en honor a la Divina Pastora, hecha por el ceramista Elio Anzola y el artista plástico Antonio Vargas. En una oportunidad fue agredida con pintura roja.
Todas esas obras requieren atención periódica. Los Espejos del Turbio, de cinco grandes artistas, están muy deteriorados. Las filtraciones han acabado con este proyecto que ahora luce su peor rostro.
