“Yo no quiero estar aquí; me quiero ir con mi hijo. Me arrebataron lo más valioso, siento un gran dolor y un vacío”, repetía entre llantos Herleis Durán Silva, mientras esperaba en las afueras de la morgue le entregaran el cuerpecito de su único hijo de 2 años y 5 meses, quien fue arrollado la noche del viernes por un camión de Polilara en la carrera 1b entre calles 3 y 4 de San Jacinto 2.
Las lágrimas rodaban por el rostro de la joven madre, quien exigía se hiciera justicia, que este caso no quedara como otros. No paraba de llorar; se notaba el dolor profundo. A ratos se quedaba tranquila; luego expresaba su desespero de manera desgarradora al punto que se desmayó.
La madre estaba acompañada de Walter Dávila, padre de la criatura arrollada, quien, nervioso, fumaba, y consolaba a su pareja.
Estaban sentados
El padre de la víctima cuenta que eran las ocho de la noche del viernes, cuando su esposa estaba afuera de su casa, junto a dos damas más reunidas. También se encontraban cinco pequeños entre ellos su hijo sentado en una silla plástica roja grande, que estaba sobre la acera, pegada a la pared de la casa.
De forma repentina vieron venir un camión Jack, asignado a Polilara. Rodaba por la acera y terminó impactando la silla donde estaba el pequeño de dos años, quien cayó al suelo. La madre, al ver lo sucedido, corrió. “Párate, párate”, fue la expresión de la joven madre, al tiempo que le daba dos golpes a la puerta de la unidad, pero el uniformado en lugar de detenerse aceleró y le pasó las morochas traseras del camión al bebé por la cabeza, causándole una fractura de cráneo instantánea.
“Si yo no hubiese gritado los vecinos no salen y fueron ellos quienes me ayudaron a detener la patrulla porque se quería dar a la fuga. Allí mismo montamos a mi hijo y lo trasladamos hasta el Pediátrico Agustín Zubillaga, pero llegó sin signos vitales”, relató la joven madre.
El padre explica que si el policía se detiene no ocurre nada, sólo el golpe al bebé cuando lo tumbó de la silla, quien no se paró y se apartó porque no tenía la habilidad para hacerlo.
Querían escaparse
La pareja y sus familiares aseguran que eran tres uniformados quienes circulaban en el camión, pero señalan al oficial agregado, Jonathan Hurtado, conocido como “Manolencho”, como el responsable del siniestro.
Walter Dávila comenta que el Polilara intentó darse a la fuga también en el Hospital Central y fueron ellos quienes lo agarraron, pero fue sacado del centro asistencial bajo resguardo, además llevaron al lugar al equipo antimotín de Polilara.
Los otros dos efectivos dieron la cara, pero de un momento a otro se fueron, señaló el padre del infante.
Tíos, amigos y abuelos del pequeño saben que “Manolencho”, está privado de su libertad; exigen a los tribunales larenses que no le otorguen ninguna medida, porque se trata de un homicidio.
De la misma forma aseguraron que este funcionario se la pasa por la zona, conduciendo ese mismo camión o patrullas a exceso de velocidad, además lo señalan como una persona que amedrenta a los jóvenes de la zona.
Polilara siente lo sucedido
El comisario jefe, Argenis Montero, segundo comandante de Polilara, indica que entiende el dolor por el cual la familia del infante está atravesando en este momento. Informa que están dispuesto a pagar todos los gastos funerarios. “No queremos causar una controversia, somos padres y madres de familia y nos duele lo que ocurrió”, señaló el jefe policial.
Montero explicó que el viernes se dio la instrucción sobre la instalación de 60 puntos de control en la entidad y es precisamente en estos camiones en donde se traslada el personal. Una vez cometido el siniestro, el funcionario nos explicó que él no tuvo la intención de arrollar al pequeño, pero en el momento del impacto no se dio cuenta de la presencia del infante.
“No es hábito de nosotros, no es práctica de un funcionario. Serán los efectivos de Tránsito Terrestre, quienes determinen qué pasó y si los otros funcionarios serán testigos o formarán parte de los hechos, pues en el órgano encargado de la investigación.
El funcionario está detenido a la orden de Tránsito”, indicó el segundo comandante de Polilara. De la misma forma el comisario manifestó que algunos familiares del pequeño, la noche del viernes, hicieron destrozos en el área de emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda.
Afectaron la computadora del área de sistema, un radio portátil y el techo del centro asistencial. Dichos sucesos serán objeto de una averiguación penal y los responsables sancionados.