Felipe Romero tomó todos sus ahorros y se fue con su familia al hotel más lujoso. Hastiado de la muerte, de las colas, de las enfermedades sin medicinas, de los desayunos sin café con leche y con un sueldo de gerente que ronda los cien dólares, al cambio paralelo, quería escapar hacia un refugio donde no le alcanzara la tragedia de una república en terapia intensiva.
Siempre se había burlado de lo que para él eran exageraciones y criticaba a quienes repetían el cuento de la rana en el agua caliente, total, este es un país muy rico donde algunas veces las cosas aprietan pero luego de un tiempo la economía se recupera y todo vuelve a la normalidad, eso repetía Felipe para agregar que el remedio para toda esa lloradera nacional estaba simplemente en ponerse a trabajar.
Pero de pronto una mañana su esposa Lidia le informó que el desayuno eran unas torticas de arroz con guarapo de panela porque se había terminado el café, la leche y la harina de maíz y que ella no volvía a hacer colas porque el puesto lo estaban vendiendo a 200 bolívares sin garantía de que al llegar a la caja quedaran productos para la compra.
En la noche no pudo tomar su medicina para la tensión porque de igual manera se habían agotado en las farmacias y estaba a la espera que un amigo se las trajera de Colombia a un costo veinte veces más alto. Tampoco había las pastillitas para la tiroides para su hijo Luis Gustavo y por eso el muchacho andaba hiperquinético y con ganas de pelear con todo el mundo.
Por eso Felipe y su familia caminaron toda la procesión de la Divina Pastora desde su vivienda en Nueva Segovia hasta la Catedral, le pidieron a la Madre de Dios intercediera por Venezuela y que todo este remolino de penalidades acabara en soluciones positivas para todos. Le pedían que diera luz a los gobernantes para que se convencieran que el comunismo es un sistema que trae hambre, desempleo y carencias de topo tipo.
Al otro día Felipe tomo la decisión de gastar todos sus ahorros en unas vacaciones improvisadas. Pensaba que este gesto de audaz escapismo le liberaría de los insomnios que estaba padeciendo, de ese dolor de cabeza que no se le quitaba con nada. Felipe estaba al borde de un infarto y no lo sabía, por ello ese viaje improvisado le estaba salvando la vida.
Felipe está en un Hotel de lujo, tiene jabón,papel toalet, desayuno con café con leche,pan tostado,mantequilla,huevos con jamón y jugo de naranja. Felipe, Lidia y Luis Gustavo están consumiendo los ahorros de muchos años dándose un gusto de pocos días en un hotel cinco estrellas.
Le llaman por teléfono pero no atiende, luego escucha la contestadora y se entera que la empresa donde trabaja bajará la santamaría en dos semanas. Felipe ya no tiene trabajo, no tiene ahorros, tiene solamente patria. Abrazado con Lidia y Luis Gustavo reza, ahorita Felipe está orando, está al borde de un abismo existencial pero sabe, está absolutamente seguro que vienen tiempos mejores. Felipe tiene fe, está como todo el mundo al borde del pánico pero reza: Dios es mi Pastor , nada me falta. Unámonos a la oración de Felipe, tengamos fe.
