En medio de un bello atardecer y un cielo repleto de deslumbrantes crepúsculos la Divina Pastora arribó a las 05:03 pm, a la Catedral Metropolitana de Barquisimeto, luego de peregrinar junto a su pueblo siete kilómetros y medio, como es tradición desde hace 159 años.
Su llegada al templo despertó los sentimientos de la multitud, que entre aplausos, oraciones y alabanzas demostraron su ferviente devoción a la madre de Dios.
Los jóvenes acompañaron a la imagen durante el peregrinar, armonizaron la jornada mariana con su alegría, bailes, así como también diversos cantos.
Para celebrar la eucaristía de bienvenida, estuvo como invitado especial el obispo Nelson Martínez Rust, de San Felipe, estado Yaracuy, quien destacó en el marco de la solemnidad, que la entrega y esperanza son las virtudes de María que el pueblo debe igualar, pues de esta manera engrandecerán sus corazones, serán sinceros y humildes tal como es ella, la pastora de almas.
Cabe destacar que en tarima principal se encontraba el arzobispo de la ciudad Antonio López Castillo, el párroco de la catedral, Fidel González, además autoridades religiosas que tuvieron la oportunidad de reforzar los vínculos sagrados con los devotos, que una vez más demostraron su amor incondicional a la patrona de los larenses.
La homilía transcurrió en un ambiente de paz, armonía, pero sobre todo mucha fe. Monseñor Martínez Rust reconoció el valor que tiene la palabra de Dios en la vida de los seres humanos. Pidió a los fieles creyentes escucharla, aprenderla y ponerla en práctica como símbolo de pasión.
“La festividad nos invita a la escuha atenta y mediativa, a hacerla vida en nuestra existencia; a confiar plenamente en el Señor, sin titubeos; a llevarla constantemente en nuestros corazones; a hacer de ella alimento de nuestra existencia y referencia continua de nuestro vivir”, expresó.
Mientras tanto, en las adyacencias del templo, los fuegos artificiales adornaban el cielo. Este hermoso regalo cautivó a los presentes por varios minutos.
Seguidamente, los miembros de la cofradía se preparaban para trasladar en hombros la imagen de la Virgen, hasta la plazoleta. Allí permaneció hasta las nueve de la noche, luego ingresó a la que será su morada los próximos días. Luego partirá en procesión por las parroquias de la Arquidiócesis.