La Divina Pastora (también conocida como Divina Pastora de las Almas, Madre Divina Pastora o Madre del Buen Pastor) es una advocación mariana que representa a la Bienaventurada Virgen María como la pastora celestial.
Comenzó a conocerse en Sevilla en el año 1703, por la gran devoción mariana de Fray Isidoro de Sevilla, quien le encargó un lienzo con su representación al artista Alonso Miguel de Tovar, llamándole La Pastora Coronada (Sevilla, 1703). La descripción dada al artista para que realizara la obra es la siguiente:
En el centro y bajo la sombra de un árbol, la Virgen santísima sentada en una peña, irradiando su rostro divino de amor y ternura. La túnica roja, pero cubierto el busto hasta las rodillas, de blanco pellico ceñido a la cintura. Un manto azul, terciado al hombro izquierdo, envolverá el entorno de su cuerpo, y hacia el derecho en las espaldas, llevará el sombrero pastoril y junto a la diestra aparecerá el báculo de su poderío. En la mano izquierda sostendrá al Niño y posará su mano derecha sobre un cordero que se acoge a su regazo. Algunas ovejas rodearán la Virgen, formando su rebaño y todas en su boquitas llevaran sendas rosas, simbólicas de Ave María con que la veneran…
El 8 de septiembre de 1703, día de La Natividad de la Virgen María, se realizó la primera procesión en la cual se mostró el lienzo. Después, Francisco Ruiz Gijón, esculpió la primera imagen tamaño natural de la Divina Pastora. Esta imagen fue llevada en su primera procesión en octubre de 1705, en Andalucía.
En Santa Rosa, pueblo aledaño a Barquisimeto, comenzó la veneración por la Divina Pastora en 1736, cuando su párroco encargó a un famoso escultor que le hiciera una estatua de la Inmaculada Concepción. No obstante, por equivocación, en lugar de la Inmaculada llegó al pueblo la imagen de la Divina Pastora. El sacerdote quiso devolverla, pero por mucho que lo intentaron, no pudieron levantar el cajón donde vino la imagen. La población interpretó esta situación como señal de que la Divina Pastora quería quedarse. Durante el terremoto de 1812, el templo donde se veneraba la Divina Pastora fue destruido, pero su imagen quedó intacta, hecho que reforzó la creencia de que la Virgen quería quedarse para siempre y protegernos en los momentos difíciles.
En 1855, en Venezuela hubo una terrible epidemia de cólera. Muchas familias de Barquisimeto fueron diezmadas por el terrible mal. Eran inútiles las medicinas, lamentos y plegarias. Desesperados y como último remedio, los pobladores decidieron sacar en procesión la imagen de la Virgen para implorar su misericordia; el Padre Macario Yépez pidió a la Divina Pastora ser el último que muriera de cólera. Después de su muerte cesó la epidemia. Es por esto que cada 14 de enero se traslada a la Divina Pastora desde Santa Rosa hasta Barquisimeto en procesión multitudinaria y fervorosa. (Fuente: Wikipedia)
En Lara a la Virgen María la llamamos Divina Pastora.