«Como el cayado que todo pastor emplea para conducir su rebaño, la Virgen pura e inmaculada mostró a Don Bosco, las calzadas por las cuales debió caminar para trabajar con los jóvenes y ser hoy su sacerdote
Un carisma que permanece fiel e intacto».
Al cumplirse el bicentenario del nacimiento de Don Bosco, la numerosa familia Salesiana de Lara, solicitó en febrero de 2014 a monseñor Antonio José López Castillo, y su clero, el honor de elaborar el vestido que hoy, en la procesión 159, luce la Divina Pastora, para ellos la Virgen de los Sueños de su fundador.
Para sor Yurirma Gil San Luis, directora del colegio Inmaculada Concepción y animadora de la familia Salesiana en el estado, “el Señor tiene maneras de mostrar a los humanos los paraísos de su gracia” y esta designación es una de ellas.
Al conocer que dicho honor les había sido concedido, se entrevistaron con el diseñador larense, Luis Perdomo, para la confección del ajuar de la Virgen y este aceptó la propuesta, además del costo.
Acordaron que el vestido sería blanco y el modista se había mostrado de acuerdo y entusiasmado.
“Al cabo de mes y medio nos volvemos a comunicar y dijo que en un sueño había visto a la Virgen vestida de otro color… Cuando hablamos del primer color, estaba entusiasmado, pero esta vez su tono de voz era distinto”, manifestó Gil San Luis.
La congregación que nace de los sueños, aceptó la propuesta de Perdomo y el traje fue entregado a la feligresía el pasado 8 de dicimebre.
Gil San Luis, lo describe como “hermoso… esa caricia que da Dios con ternura”.
El traje lleva incorporado un medallón, hecho en bronce y traído desde Italia, de manos de Don Ángel Fernández, sucesor de Don Bosco y representante de la familia Salesiana en el mundo.
“Es un privilegio, como sus hijos e hijas, vestir a la Madre que ha hecho tanto por la congregación”, añadió.
Para la comunidad se trata de un honor que les permite avivar en el mundo la misión de Don Bosco y unirse más como familia, en la certeza de que su fundador amó tanto la juventud y a su prójimo, como la Virgen; un regaló que la Iglesia venezolana le otorga.
“Diría que todo lo que somos lo ha hecho la Virgen María… A doscientos años del natalicio de Don Bosco, es preciso detenernos en su obra y percatarnos que con el tiempo cobra más sentido”, comentó la directora del colegio, quien señaló que la familia salesiana de Barquisimeto, es el único grupo en el mundo que hace vida en una tierra cuya patrona es la Pastora o Virgen de los Sueños, una de las mayores expresiones de fervor mariano en el continente.
La congregación inició en 1842, pero tiene 70 años obrando en Barquisimeto. Su trabajo y testimonio, son algunas de las razones por las cuales monseñor les concedió el honor de poner bonita a la Pastora en su procesión.
Guiado por la Virgen
Don Bosco nace en un campo de Italia y queda huérfano de padre a los dos años de edad.
Cuentan que siete años después, soñó que jugaba con sus amigos. Pero ellos comenzaron a pelear. Para separarlos se metió en la pelea y en ese momento vio cómo se convirtieron en lobos. Allí apareció un hombre que le dijo: “No con golpes”. Él le pregunto: “¿Quién eres tú? Yo no sé hacerlo de otra manera”. Y el hombre le respondió: “Te daré a la maestra”.
“Y así aparece una mujer muy bella, que para ese entonces Don Bosco no supo quién era”, contó sor Josefina Guzmán, directora de la escuela salesiana María Mazzarello, quien relató que esa señora era la Virgen, que le dijo que no los tratara con golpes sino con mansedumbre.
A los 12 años de edad sale de su casa a estudiar y al poco tiempo, con mucho sacrificio, entra al seminario.
Se hace sacerdote diocesano a los 27 años de edad. Pero es en 1842 que celebra en Turín una eucaristía. A la sacristía llegó un joven y el sacristán lo invitó a ayudar al sacerdote a servir, pero este dijo no saber cómo. El sacristán lo golpeó con la escoba y Don Bosco le dijo que no lo hiciera porque era su amigo. Allí comienzó un diálogo con el joven de 14 años de edad. Le preguntó si sabía leer o escribir. Este le respondió que no. Le consultó si silbaba y después de esto rezaron el Avemaría.
Narró Guzmán que lo invitó al oficio del siguiente domingo y esa eucaristía estuvo llena de jóvenes, que buscaban a ese sacerdote que no había tratado mal a su compañero.
Con este grupo Don Bosco comienza a trabajar. Al principio vivía en el seminario, pero el ruido generaba molestia a otros.
Se reúne con los jóvenes en las plazas y las personas sienten molestia por el sacerdote joven que andaba con muchachos que supuestamente robaban en algunos lugares. Don Bosco inicia una etapa de sufrimiento, pero al pedirle una señal a Dios aparece el ofrecimiento de un lugar para su oratorio.
Allí inicia talleres de calzado, música y catequesis. Pronto impartirían educación formal.
Con el tiempo comienza a hablar de sus colaboradores, otros jóvenes que lo ayudarán en ese trabajo con el oratorio, para vivir una vida entregada al otro.
El Papa lo manda a llamar y así se comienza a hablar de una congregación, que recibe por nombre “salesiana”, por San Francisco de Sales, obispo que se destacó por su transformación a partir de la amabilidad.
Dijo Don Bosco: tomo el `sales´ para vivir esa amabilidad que vivió San Francisco.
“Quiso transformar esa amabilidad en los jóvenes”, comentó Guzmán, para quien la obra de Don Bosco está basada en un sistema preventivo, por el cual lo siguieron los jóvenes.
“Decía que sólo deseaba prevenir que cayeran en el mal, ofreciéndoles aquello que pueda ayudarlos a salir adelante”. Por ello que sus pilares fundamentales sean: la razón, para distinguir entre las opciones de vida la mejor; la amabilidad, puesto que se recoge más con un tarro de miel que de vinagre; y religión, centrada en el Dios, que ama y quiere.
Convertido en sacerdote, la Virgen en otro sueño, le dice: “A ellas también te las confió”.
Don Bosco sólo trabajaba con varones. En una visita a Mornese, conoce a María Mazzarello, quien realizaba la misma obra con niñas y en medio de la multitud ella dice: “Ese sacerdote es un santo y yo lo siento”.
Tienen una conversación con las jóvenes y les hacen la propuesta de vivir una vida consagrada.
Aceptaron unas pocas del grupo de la Inmaculada Concepción y es el 5 de agosto de 1862, cuando se funda la congregación de las Hijas de María Auxiliadora, que para Don Bosco son el “gracias a la Virgen, el monumento vivo de la auxiliadora o agradecimiento por todo lo recibido en sus años de congregación”.
Actualmente la congregación está extendida en los cinco continentes. Mantienen su carisma, están dedicadas a los jóvenes y a la educación. Son contemplativas en la acción y dedicadas a la oración.
Don Bosco, en una eucaristía dijo que si se creyera más en la Virgen de los Sueños, se hubiesen realizado más milagros. Por ello, las hijas de María Auxiliadora se refieren a Jesús el Buen Pastor, como aquel que acompaña; y a María Auxiliadora, que al inicio de su vida fue la Pastora, como la que auxilia y guía.
San Juan Bosco en el mundo es el padre y maestro de la juventud.
Salesianos en Lara
Desde la niñez de Don Bosco, la imagen de la Pastora, virgen María, cobrará fuerza, pero será llamada la Virgen de los Sueños. En toda casa salesiana, se le conoce como tal y es un emblema de este carisma. Al encontrarse el fundador con María Mazzarello, confundadora, pasará a ser la protectora de su obra, María, la auxiliadora.
La obra salesiana en Lara cumple ya siete décadas. Cuantificar o medir en número de personas que la conforman, sería complejo, según Gil San Luis y Guzmán, puesto que a este gran conglomerado, no sólo se suman exalumnos, sino también padres y representantes.
“La cifra se escapa de nuestras manos”, comentó la directora del Colegio María Auxiliadora, quien refirió que sólo a esta institución acuden cerca de 1.000 alumnos.
Detalló que la familia Salesiana en la tierra de la Pastora, está conformada por ocho grandes grupos: las Hijas de María Auxiliadora, las Asociación de Damas de María Auxiliadora (ADMA) de la Rosaleda, el templo de capacitación de Duaca, cooperadores y cooperadoras salesianos, voluntarios de Don Bosco, salesianos de Don Bosco, movimiento juvenil y exalumnos.
Son los jóvenes la opción de este carisma, su pasión y razón. “Sin los jóvenes la congregación no tendría sentido”, comentó Gil San Luis.
Su misión es el acompañamiento, a fin de llevarlos a descubrir el proyecto que Dios tiene para ellos, objeto de su misión educativa.
La familia salesiana en el mundo celebrará los 200 años del nacimiento de un gran hombre, no sólo con este honor junto a la Virgen de los Sueños, sino también con otras actividades.
El 31 de enero tendrán el maratón con Don Bosco, que iniciará desde el Colegio María Auxiliadora. Y entre febrero y julio festejarán la Cantata de Don Bosco y el Concurso para su Conocimiento y Vida.
El año bicentenario cerrará con una eucaristía oratoriana con manifestaciones culturales a celebrar en julio.
Se entrelazan las bendiciones
Para la familia salesiana no es coincidencia que en la celebración del bicentenario de Don Bosco, la iglesia católica venezolana haya decidido celebrar el Encuentro Nacional de Jóvenes (Enajó), el próximo mes de agosto, en Barquisimeto, tierra de la Pastora, para ellos virgen de los sueños de su fundador.
Su carisma es con los jóvenes, que Don Bosco guió, por proposición de la virgen María.
Para sor Josefina Guzmán, “Dios actúa y entrelaza las bendiciones”, y es esta la gracia que ahora viven.
Cuenta Guzmán que trabajar con jóvenes no los aísla y aunque el centro de la vocación es Jesús, esa inspiración se desemboca en una acción, los jóvenes, sino no, no se es salesiano. “Con los jóvenes ríes, lloras, comprendes la sociedad”.
Su misión es el acompañamiento de los jóvenes, a fin de llevarlos a descubrir el proyecto que Dios tiene para ellos, objeto de su misión educativa.
Año de la Vida Consagrada
Por anuncio del papa Francisco, desde el 30 de noviembre y hasta el 2 de febrero de 2016, la Iglesia católica celebrará el Año de la Vida Consagrada, convocatoria que tiene como objeto impulsar a los jóvenes a dejarlo todo por dedicar su vida a Jesucristo y reconocer la obra de quienes ya lo han hecho.
Es responder al llamado de Cristo y entregarse a Él de modo exclusivo. Como lo hizo Jorge Mario Bergoglio, nombre secular el Papa, quien hasta 2011 fue presidente de la Conferencia Episcopal de Argentina y tras las renuncia de Benedicto XVI, el 13 de marzo de 2013 el cónclave lo eligió para ocupar el solio de San Pedro, convirtiéndose en el primer jesuita e hispanohablante en ocupar dicho cargo.
Es reconocido por su humildad y preocupación por los pobres y marginados. También por su diálogo con personas de diferentes orígenes y credos.