El termómetro marcaba 40 grados, Paulinho tomó dos helados y salió corriendo a refugiarse en la sombra a devorarlos: este chimpancé y el resto de los animales del zoológico de Rio de Janeiro reciben una dieta de congelados para aliviar el infernal calor del verano carioca.
La orangután Else con su hija Tanga también disfrutaron de un paleta de frutas. Para la elefanta Carla, el helado fue de 50 kilos.
Gabi, la jaguar, recibió por su parte un pedazo de carne congelada para lamer por horas.
«Los animales tienen un problema de calor como todos nosotros, tienen problemas de insolación, deshidratación, apatía. Por eso tomamos estas medidas, para prevenir lo que el calor genera», explicó a la AFPTV Karla Cunha, técnica del zoológico.
El zoológico de Rio prepara desde noviembre cientos de kilos de comida congelada para los animales, distribuida entre primates, felinos, osos y elefantes.
Los carnívoros reciben carne congelada, los omnívoros -que se alimentan de todo tipo de sustancias- reciben helados de fruta (algunos batidos con yogur).
Aspersores, piscinas de agua fresca y corrientes de agua son también instalados en las jaulas para ayudar a los animales a sobrevivir al verano. La poda de árboles está también restringida para no afectar la sombra.
Todos los helados son preparados en el mismo zoológico, sin azúcar ni conservantes. Las frutas preferidas por los animales son las que contienen agua como la sandía, melón y uva.
La dieta congelada es fija cuando la temperatura supera los 30 grados. Este martes, la sensación térmica superó los 50 grados.
«Además de refrescar el animal, lo estimula en las funciones de memoria, racionalización; estimula el olfato y el paladar», indicó Cunha.
Dependiendo la especie también varía la forma de consumo.
«El chimpancé que lo toma por el palito, o el tigre que se acuesta encima de la carne congelada para refrescarse mientras se descongela. El animal tiene más movimiento, está más activo», indicó Cunha.
Los animales poco salieron el martes de la sombra. Sin poder ir a las playas cariocas, Gabi sólo salió por ejemplo a darse un chapuzón en la piscina antes de disfrutar su pedazo de carne congelado.
«Mira como está fresquito allí y nosotros en este calor», dijo entre risas Aline Tontez, una visitante, sin poder ocultar sus ganas de lanzarse al agua con el felino.