Desde hace mes y medio los vecinos de la urbanización Yucatán están sin agua. El complejo urbanístico ubicado al norte de la ciudad cuenta con dos pozos privados que abastecen del vital líquido a 1.942 casas, pero las bombas no están en funcionamiento. Habitantes denuncian irregularidades administrativas en el seno de la junta de propietarios, pues aparentemente sus miembros no han realizado acciones concretas para solventar el inconveniente.
Este sábado se apostaron en la entrada del urbanismo y trancaron la vía Duaca a la altura del kilómetro 14, donde manifestaron sus quejas ante la comisión que preside el condominio y levantaron un acta exigiendo la contraloría de su gestión.
“Tenemos dos pozos, el primero de ellos en la entrada principal, el cual está prácticamente seco; el segundo está ubicado en la vía de El Trapiche, donde se compró una bomba subterránea para extraer el agua, pero el mecanismo apenas duró menos de un año (hasta principios de diciembre) y por su adquisición nos cobraron un millón de bolívares”, relató Juan José Gómez, habitante del sector.
Desde ese entonces se quedaron sin el vital líquido, ocasionado molestias en el sector por depender de cisternas para cubrir sus necesidades básicas durante la época navideña. El ciudadano sostiene que la junta no quiere informar sobre los términos de adquisición de la bomba y su garantía.
Cabe recordar, que Yucatán no cuenta con el servicio público de agua potable que ofrece la empresa Hidrolara, por lo que dependen únicamente de sus perforaciones privadas.
“Recogimos firmas para que la junta nos informe sobre la distribución del dinero en el urbanismo. No puede ser posible que 1.942 casas pagando a 650 bolívares de condominio tenga este tipo de vicisitudes. Además no comprendemos porqué una bomba nueva se haya dañado tan pronto, y que de paso no se hayan establecido términos de garantía”.
Según Gómez, la junta de propietarios cuenta con su periodo vencido desde hace año y medio; así como también, aparentemente, el comité no está notariado.
Alto costos de cisternas
Por otra parte, Gómez subrayó que parte de su descontento es transmitido hacia los cisterneros, quienes cobran altos precios por su servicio de abastecimiento. Señala que por cada 1.000 litros de agua, deben cancelar entre 250 a 500 bolívares.
