El yaracuyano Enrique Díaz, junto a su compañero de escuadra Xavier Quevedo, en los palmos finales, los que definitivamente deciden, sacó la barredora y se llevó por delante al resto de rivales para quedarse con la victoria de la fatigante y friccionada segunda etapa, además de ceñirse la casaca amarilla que identifica al líder de la 50 edición de la Vuelta al Táchira.
Díaz, quien en el circuito de apertura asomó sus condiciones de rematador al colgar en su haber uno de los puntos intermedios, después que el gran pelotón arrollara al cabalgante Jhoan Páez, soltó todas sus virtudes por el centro de la calzada para marcar un tiempo de cuatro horas, 13 minutos y 40 segundos en los 176,3 kilómetros marcados entre las ciudades de Peribeca y Santa Bárbara de Barinas. Quevedo se filtró por el sector derecho para ser segundo en la porción, mientras que Miguel Ubeto completó el cuadro de honor.
Con la bonificación de 10 segundos obtenidos como ganador de porción, Díaz borró la diferencia con el líder Artur García y con los tres conquistados en un sprint bonificable apartó de la casilla de honor a Ubeto, quien ahora es su escolta principal, mientras García cayó a la tercera casilla, pero con diferencias mínimas de 3 y 5 segundos, respectivamente.
La jornada, en su mayor extensión recibió un sol brillante y un poco después de la meta, rusos y loteros se fueron a las manos, fricción que comenzó en la jornada inicial en la ciudad de San Cristóbal y que a primera hora del día, en Peribeca, antes de la salida, la traductora de los rusos denunció a través de una cadena radial la supuesta violación al juego limpio por parte de los loteros.
Muro de contención
La frescura de la montaña andina permitió elevado ritmo en los tramos iniciales, lo que imposibilitaba cualquier salto del pelotón, porque sería rodar en solitario arriba de los 42 kilómetros horarios. Así los primeros 38 km donde estaba pautado el primer esprint bonificable, que en definitiva marcó al final la diferencia en el cuadro general individual al ser Enrique Díaz el ganador.
Después de las acciones de Díaz en la meta intermedia, el campeón en defensa, Carlos Galvis y Luis Díaz, en la pequeña trepada hasta Altos de Santo Domingo probaron fuerzas en un tándem perfecto hasta tomar 30 segundos a favor. Atrás, por momentos, José Rujano, que ya había estirado el pelotón en una oportunidad buscaba superar ansiosamente el reventón en su rueda delantera.
Cabalgata en el piedemonte
Metidos en la llanura que limita Táchira con Barinas, Jhoan Páez, defensor de los colores barineses soltó amarras y sobre la costura del piedemonte andino cumplió con una cabalgata en solitario durante un tramo superior a los cien kilómetros hasta tomar poco más de seis minutos a su favor sobre el lote y tres sobre un trío que se dedicó a perseguirlo en forma inefectiva.
La acción de Páez, envolvente por momentos porque se ceñía transitoriamente el liderato de la carrera y la cabecera de varias clasificaciones en caso de concretar su acción, en la parte final se tornó angustiosa porque la diferencia fue amplia debido a la inacción del lote, pero cuando éste reaccionó, borró de una forma violenta las distancias para entrar, por segundo día consecutivo al remate masivo.
La tercera etapa del giro tachirense, también sobre la llanura occidental será la más extensa, 178,1 kilómetros entre las ciudades de Socopó y Guanare, donde estará marcada la meta final luego de cuatro disputas intermedias, dos de ellas de carácter bonificable.
